Esta semana, funcionarios estadounidenses anunciaron que Washington está suavizando su postura sobre los planes europeos de imponer impuestos a gigantes tecnológicos estadounidenses como Apple y Google. Esta actitud en evolución marcaría un cambio drástico en la frustración de los funcionarios estadounidenses ante los esfuerzos anteriores de las autoridades europeas para recaudar impuestos de las empresas de Silicon Valley.
“Estados Unidos está abierto a considerar el asunto y comprenden muy bien la necesidad de una tributación justa de los gigantes digitales”, dijo el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, a los periodistas el viernes. Esto lo expresó después de reunirse con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, en el marco de las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Un portavoz del Departamento del Tesoro remitió a AFP a una declaración realizada a principios de este mes, según la cual los funcionarios estadounidenses siguen “profundamente preocupados” por el asunto. La administración del ex presidente Barack Obama se indignó en 2016 cuando las autoridades europeas decidieron obligar a Apple, fabricante del iPhone, a pagar 14.500 millones de dólares en impuestos atrasados después de que la compañía negociara acuerdos fiscales muy favorables con el gobierno irlandés.
Sin embargo, según Pascal Saint-Amans, director del centro de política y administración tributaria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la actitud de Washington ha cambiado en los últimos días. La Comisión Europea tiene previsto presentar el próximo año propuestas para gravar a gigantes tecnológicos como Google y Apple, y Francia también amenaza con imponer impuestos mucho más severos, no sobre las ganancias, sino sobre los ingresos corporativos, según Saint-Amans.
Washington sabe que “los países actuarán de forma unilateral y, por lo tanto, prefieren involucrarse ellos mismos”, dijo Saint-Amans a AFP. Con sede en París, la OCDE ha trabajado en este tema durante varios años, pero hasta ahora se había encontrado con la firme negativa de los funcionarios estadounidenses a discutirlo. La OCDE presentará a los ministros de Finanzas del G20 un informe sobre el tema en abril, con el objetivo de encontrar una solución a largo plazo.
En resumen, la postura de Washington sobre los impuestos a las empresas tecnológicas en Europa está cambiando. Aunque anteriormente se mostraban frustrados por los esfuerzos europeos para recaudar impuestos de las empresas de Silicon Valley, ahora están abiertos a considerar el asunto y comprenden la necesidad de una tributación justa de los gigantes digitales. La Comisión Europea presentará propuestas el próximo año y Francia amenaza con imponer impuestos más severos sobre los ingresos corporativos. La OCDE presentará un informe en abril con el objetivo de encontrar una solución a largo plazo.