Cuando las personas ven máquinas que responden como humanos, o computadoras que realizan proezas de estrategia y cognición imitando la ingeniosidad humana, a veces bromean sobre un futuro en el que la humanidad tendrá que aceptar a los robots como gobernantes. Pero enterrada en la broma hay una semilla de inquietud. La escritura de ciencia ficción y las películas populares, desde “2001: Una odisea del espacio” (1968) hasta “Avengers: Age of Ultron” (2015), han especulado sobre la inteligencia artificial (IA) que supera las expectativas de sus creadores y escapa a su control, eventualmente superando y esclavizando a los humanos o apuntándolos para su extinción. El conflicto entre los humanos y la IA es el tema central de la serie de ciencia ficción “Humans” de AMC, que regresó para su tercera temporada el martes (5 de junio). En los nuevos episodios, los humanos sintéticos conscientes se enfrentan a personas hostiles que los tratan con sospecha, miedo y odio. La violencia se agita mientras los Sintéticos se encuentran luchando no solo por derechos básicos, sino por su propia supervivencia, contra aquellos que los ven como menos que humanos y como una amenaza peligrosa. [¿Pueden las máquinas ser creativas? Conoce a 9 “artistas” de IA] Incluso en el mundo real, no todos están listos para dar la bienvenida a la IA con los brazos abiertos. En los últimos años, a medida que los científicos de la computación han empujado los límites de lo que la IA puede lograr, figuras destacadas en tecnología y ciencia han advertido sobre los peligros inminentes que la inteligencia artificial puede representar para la humanidad, incluso sugiriendo que las capacidades de la IA podrían condenar a la raza humana. Pero, ¿por qué a las personas les inquieta tanto la idea de la IA? Una “amenaza existencial” Elon Musk es una de las voces prominentes que ha levantado banderas rojas sobre la IA. En julio de 2017, Musk dijo a los asistentes a una reunión de la Asociación Nacional de Gobernadores: “Tengo exposición a la IA de vanguardia y creo que la gente debería estar realmente preocupada por ello”. Leer más aquí Crédito del artículo: Live Science