Los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) son herramientas fundamentales para las empresas en la actualidad. Sin embargo, la implementación de estos sistemas puede presentar diversos problemas que afectan su efectividad y éxito.
En un artículo reciente de Diginomica, se aborda uno de los principales problemas en la implementación de los ERP: la falta de integración por parte de los implementadores. Cuando una empresa evalúa nuevas soluciones de ERP, espera que los proveedores implementen el software o recomienden una empresa asociada que pueda hacerlo. Desafortunadamente, muchos de los “implementadores” en realidad no son “integradores”, lo que genera frustración en los compradores de software.
Los integradores de ERP suelen tener un conocimiento limitado o poco interés en realizar el trabajo necesario para que todo el sistema esté completamente operativo y sea efectivo para el cliente. Esto se debe, en parte, a que el mercado ha evolucionado de soluciones locales a soluciones en la nube, lo que ha llevado a las organizaciones de servicios a adoptar un nuevo modelo de negocio.
En este nuevo modelo, los “consultores” ya no viajan, sino que realizan su trabajo de forma remota. Si bien trabajar desde casa puede ser conveniente, no permite conocer realmente los problemas y necesidades del cliente a menos que se visite su lugar de trabajo. La interacción directa con los clientes es fundamental para comprender su lenguaje corporal, mantenerlos comprometidos en el proyecto, mediar en decisiones de diseño y aclarar cualquier confusión de manera inmediata.
Otro problema de los consultores de ERP es que pueden atender a varios clientes al día y a docenas de clientes diferentes en una semana. Debido a su especialización limitada, ningún consultor tiene una visión completa del panorama y no asume la responsabilidad del éxito del proyecto. Además, si un consultor configura algo incorrectamente, es posible que otro no detecte el error. La falta de continuidad entre los consultores en un proyecto dado dificulta en gran medida el logro del éxito.
Además, la implementación de los ERP a menudo se reduce a cargar hojas de cálculo predefinidas con datos proporcionados por el cliente. Si eso es todo lo que implica la implementación, cualquier cliente podría hacerlo por sí mismo y no necesitaría un consultor. Este enfoque es incompleto y claramente erróneo.
En conclusión, los problemas en la implementación de los ERP pueden atribuirse en gran medida a la falta de integración por parte de los implementadores. Es fundamental que las empresas busquen integradores de ERP que tengan un conocimiento profundo del sistema y estén comprometidos con el éxito del proyecto. Además, es importante que los consultores tengan una interacción directa con los clientes y asuman la responsabilidad de todo el proceso de implementación.
Fuente del artículo: Diginomica