Seguramente has escuchado hablar de la inteligencia artificial. Te han dicho que está cambiando el mundo. Que va a conducir tu coche, cultivar tus alimentos e incluso podría quitarte el trabajo. Es comprensible que tengas algunas preguntas sobre este caótico mundo impulsado por la IA que se predice que se desarrollará.
En primer lugar, es cierto que la IA está sobrevalorada. Pero está mejorando rápidamente y, en ciertos aspectos, está alcanzando las expectativas. Parte de esto se debe a una evolución natural: la IA mejora en una tarea determinada cuando aprende de nuevos datos, y el mundo está produciendo más datos cada segundo. También se han desarrollado nuevas técnicas en laboratorios académicos y en empresas tecnológicas que han llevado a mejoras en el rendimiento. Esto ha dado lugar a coches que pueden conducirse solos en algunas situaciones, a diagnósticos médicos más precisos que los de los médicos humanos y a reconocimiento facial lo suficientemente fiable como para desbloquear tu iPhone. En otras palabras, la IA está volviéndose realmente buena en algunas tareas específicas.
“Lo bueno de la IA es que mejora con cada iteración”, dice Sebastian Thrun, investigador de IA y fundador de Udacity. Él cree que podría “liberar a la humanidad de la carga del trabajo repetitivo”. Pero en cuanto a la ambiciosa meta de la llamada “inteligencia general” de la IA, que cambia hábilmente entre tareas como lo hace un ser humano, por favor, no te hagas ilusiones. Conserva esas células cerebrales; las necesitarás para superar a las máquinas.
Mientras tanto, el mayor impacto de la IA puede provenir de democratizar las capacidades que tenemos ahora. Las empresas tecnológicas han puesto a disposición herramientas de software potentes y conjuntos de datos de código abierto, lo que significa que están a solo un clic de distancia para los aficionados, y el poder informático utilizado para entrenar algoritmos de IA se está volviendo más barato y más fácil de acceder. Esto pone la IA en manos de un adolescente (sí, precoz) que puede desarrollar un sistema para detectar el cáncer de páncreas y permite a un grupo de aficionados en Berkeley competir (y chocar) con sus coches autónomos caseros.
“Ahora tenemos la capacidad de hacer cosas que eran tesis doctorales hace cinco o diez años”, dice Chris Anderson, fundador de DIY Drones (y ex editor en jefe de WIRED).
En resumen, la inteligencia artificial está avanzando rápidamente y mejorando en tareas específicas. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar una inteligencia general comparable a la humana. Mientras tanto, la democratización de la IA está permitiendo que más personas tengan acceso a sus capacidades y desarrollen soluciones innovadoras. ¡El futuro de la IA es emocionante!