La industria farmacéutica tiene una sólida reputación por su capacidad de innovación, con nuevos lanzamientos de medicamentos que ingresan al mercado de manera regular. Sin embargo, existen obstáculos serios que están poniendo presión tanto en las grandes como en las pequeñas organizaciones de ciencias de la vida. En el mercado actual, los obstáculos a la innovación se dividen en tres categorías clave: regulaciones, competencia y la ciencia misma.
Cuando se consideran los desafíos regulatorios, el mayor obstáculo se centra en los ensayos clínicos de medicamentos, en los cuales las demandas gubernamentales continúan aumentando. Esto se evidencia en la última evolución de los requisitos de la fase 4, que obligan a las organizaciones a realizar pruebas posteriores a la aprobación para delinear aún más los riesgos a largo plazo y afinar las recomendaciones de uso óptimo.
La competencia es un obstáculo primario en parte porque hoy en día hay significativamente menos personas que se inscriben en ensayos clínicos. Además, las áreas de enfermedades que solían ser lucrativas e innovadoras están bastante saturadas. Por ejemplo, la oncología tiene tantos actores que es extremadamente difícil para incluso las organizaciones más grandes destacarse entre la multitud.
Por último, la trayectoria científica se ha aplanado notablemente. Aunque la genómica todavía tiene el potencial de impulsar el avance científico, los descubrimientos más obvios ya se han realizado. Como resultado, los compuestos y las vías hacia el éxito son mucho más complejos en la actualidad.
Todo esto simplemente significa que las compañías farmacéuticas necesitan adoptar nuevos enfoques. Para algunos, esto significa enfocarse en áreas conocidas de oportunidad, como la medicina predictiva o personalizada para abordar poblaciones genéticas específicas o subsectores dentro de los mercados de enfermedades, por ejemplo, explorar medicamentos para tratar un subgrupo bien definido de pacientes con cáncer de mama.
Pero para muchos, estos nuevos enfoques se presentan a través de oportunidades basadas en tecnología para una innovación eficiente en términos de capital, especialmente en las siguientes áreas:
- Optimización de la investigación y desarrollo: utilizando capacidades avanzadas de imágenes para personalizar el proceso de implante, lo que en última instancia mejora la eficiencia y reduce los costos.
- Gestión de información regulatoria: utilizando recursos en la nube para agilizar el proceso de presentación regulatoria.
- Cadena de suministro de fabricación: adoptando tecnología de omnilocalización para identificar posibles riesgos logísticos y tomar decisiones oportunas y rentables.
- Aceleración comercial: digitalizando el modelo comercial con tecnología de vanguardia preconfigurada para empoderar de inmediato a los equipos de atención al cliente.
- Gestión de riesgos y seguridad: mejorando la gestión de acceso mediante la externalización de la gestión a líderes de la industria especializados en mitigación de riesgos y gestión de datos.
En resumen, las compañías farmacéuticas necesitan adoptar una perspectiva fresca sobre dónde existen oportunidades para seguir mejorando e innovando. Después de todo, son las innovaciones operativas las que finalmente impulsan la capacidad de una organización para disfrutar de éxitos reconocidos externamente.