¿Es posible anticipar lo que nos deparará el próximo año en el ámbito de la ciberseguridad? Hacer predicciones precisas sobre uno de los sectores más dinámicos de la tecnología sería una tarea de locos, pero algunas tendencias actuales casi con seguridad continuarán y probablemente se acelerarán.
Primero, las malas noticias. No es un secreto que las amenazas cibernéticas se han multiplicado, ni que los ataques exitosos han aumentado tanto en volumen como en impacto. El nuevo informe de AT&T Cybersecurity Insights cita datos preocupantes de una encuesta global patrocinada por AT&T. Entre sus hallazgos: casi el 80 por ciento de las organizaciones encuestadas se vieron afectadas negativamente por un ataque de ciberseguridad en los últimos 12 meses.
Debajo de ese número principal, destaca la creciente prominencia de nuevas formas de ataque. Entre las más destacadas se encuentran los ataques de ransomware y los asaltos de denegación de servicio (DDoS) supercargados, estos últimos utilizando cientos de miles de dispositivos de Internet de las cosas (IoT) para crear enormes bots de ataque.
Cuando se les preguntó sobre las mayores amenazas de ciberseguridad que anticipaban para el próximo año, el 46 por ciento de los encuestados en la encuesta de AT&T citaron el ransomware. Ese porcentaje solo quedó por detrás de las amenazas de malware, gusanos y virus de larga data (citados por el 60 por ciento) y el acceso no autorizado a los datos corporativos (citado por el 49 por ciento). Casi un tercio (32 por ciento) incluyó los ataques basados en IoT en su lista de principales preocupaciones futuras.
Desafortunadamente, los ataques de ransomware casi con seguridad se volverán más generalizados y variados durante 2018. Algunos ataques seguirán el modelo de infectar, bloquear y extorsionar, mientras que otros serán más sofisticados. En algunos casos, los ataques de ransomware servirán principalmente como una táctica de distracción para desviar los recursos de seguridad y la atención lejos de otras vías de ataque.
Por su parte, los ataques de DDoS basados en IoT probablemente crecerán tanto en tamaño de bot como en volumen de tráfico a medida que continúen utilizando dispositivos IoT mal protegidos. Habrá millones de estos dispositivos vulnerables instalados durante años, y muchos fabricantes de dispositivos recién están comenzando a ofrecer versiones más seguras de sus productos.
Más allá de los tipos de amenazas específicas, podemos esperar que los atacantes utilicen cada vez más las mismas tecnologías que los defensores están utilizando para la detección y respuesta a amenazas. Por ejemplo, los atacantes sofisticados ya están utilizando análisis de big data para examinar los patrones de tráfico y buscar oportunidades y vulnerabilidades que no serían evidentes sin un análisis tan amplio y profundo.
En resumen, el panorama de la ciberseguridad para el próximo año presenta desafíos significativos. Es importante que las organizaciones estén preparadas y tomen medidas proactivas para protegerse contra las amenazas emergentes. Mantenerse actualizado con las últimas tendencias y tecnologías en ciberseguridad será fundamental para garantizar la seguridad de los datos y la continuidad del negocio.
Fuente del artículo: CSO