En la era digital en la que vivimos, casi todos los datos se almacenan o se transmiten a través de canales relacionados con la red, lo que aumenta el potencial de un gran compromiso. El riesgo elevado es solo un subproducto de las operaciones digitales intensivas y dependientes de Internet en el mundo moderno. Pocas organizaciones todavía mantienen un sistema de datos local o privado, ya que la mayoría opta por aprovechar la nube. Aunque hay muchas razones para esto, la más pertinente es la ventaja de estar siempre conectado y ser compatible con dispositivos móviles que ofrecen las tecnologías en la nube. Además, existe la oportunidad para que las organizaciones den un paso atrás y permitan que los proveedores de la nube gestionen los aspectos más complejos de una red, incluida la seguridad, el mantenimiento y más.
Pero no debería sorprendernos que al abrir los datos y los sistemas relacionados a Internet también se introduzca un mayor riesgo, especialmente en lo que respecta a las vulnerabilidades del sistema. Ningún sistema es perfecto, lo que significa que es probable que haya una forma de comprometer su hardware o software, lo que a su vez significa que cualquier dato relacionado puede ser robado o manipulado. En pocas palabras, los sistemas de big data son más vulnerables de lo que podrías pensar. Esto puede y afectará tus datos, lo que significa que los empleados, socios y clientes pueden terminar siendo afectados.
Existen formas de proteger mejor los sistemas, incluso aquellos que están orientados a la nube, pero primero debes saber qué buscar. ¿Qué vulnerabilidades existen? ¿Qué podrías estar pasando por alto? ¿Cómo puedes proteger tu organización, tu red y tus datos?
Volver a lo básico con los tres pilares
Cuando hablamos de big data o tecnologías en la nube, hay tres etapas con las que la mayoría de los sistemas lidian, especialmente en lo que respecta al flujo de contenido. Estas tres etapas son:
- Ingreso de datos o fuentes de datos, lo que significa lo que está ingresando y de dónde proviene.
- Datos almacenados, lo que significa lo que se queda y se almacena.
- Salida de datos o datos enviados, lo que significa lo que se envía a otras partes, individuos, aplicaciones y herramientas.
Inmediatamente, puedes ver que todos los datos se están enrutando en varias direcciones, lo que dificulta no solo asegurarlos, sino también rastrearlos. Debes poder ver este flujo de contenido, ya sea que esté ingresando o saliendo, y discernir qué partes están involucradas, qué está sucediendo con los datos y qué contiene en términos de información o detalles sensibles. Sin ninguna de estas cosas, no puedes asegurar adecuadamente tu contenido ni tu red. Por ejemplo, los datos de ingreso de una fuente desconocida pueden fluir hacia un sistema que ya está comprometido. Lo contrario también puede ser cierto, donde los datos permanecen seguros dentro de tu red pero se comprometen al salir. Aquí es donde debes comenzar con cualquier sistema de big data o enfocado en la red. Una vez que comprendas realmente tus datos y cómo se ven afectados por estas tres etapas, puedes implementar una seguridad más sólida.
Autenticación administrativa
Cuando se trata de acceder a contenido sensible, la mayoría de los administradores comprenden la importancia de una autenticación adecuada y el acceso de los usuarios. Solo las personas adecuadas deben tener acceso a la información y deben existir controles para prevenir y permitir el acceso cuando sea necesario. Esto también se conoce como gestión de acceso de identidad. Es fácil olvidar que los administradores de big data o los proveedores de la nube también pueden tener acceso a tus datos. Teóricamente, podrían extraer, ver o manipular el contenido sin permiso, y si no hay herramientas de monitoreo en su lugar, no te darías cuenta de lo que está sucediendo. No recibirías ninguna notificación sobre lo que está sucediendo.
Proteger tus datos y tu red es fundamental en la era del big data. Comprender las vulnerabilidades y tomar medidas para mitigar los riesgos es esencial para garantizar la seguridad de tu información. Recuerda siempre volver a lo básico y asegurarte de que solo las personas adecuadas tengan acceso a tus datos. Además, es importante monitorear constantemente el flujo de contenido y contar con herramientas de seguridad adecuadas para proteger tus sistemas.
¡No dejes que tu información caiga en manos equivocadas! Toma las medidas necesarias para proteger tus datos y mantén tu red segura.