La ciberseguridad es un tema cada vez más relevante en el mundo empresarial. Con el aumento de los ataques cibernéticos y la creciente sofisticación de los hackers, las empresas se enfrentan a la necesidad de proteger sus datos y sistemas de manera efectiva. Sin embargo, muchos se preguntan por qué la ciberseguridad es tan difícil de lograr.
En este artículo, exploraremos los desafíos que enfrentan los equipos de seguridad informática y cómo las empresas pueden fortalecer su defensa y maximizar sus inversiones en ciberseguridad.
La Primera Línea de Respuesta
Los operadores de seguridad informática son los primeros en responder a un ciberataque. Al igual que los bomberos que buscan minimizar los daños en un hogar, ellos cuentan con herramientas específicas para detener el avance de un ataque. Sin embargo, a diferencia de los bomberos, la ciberseguridad es una disciplina relativamente nueva y en constante evolución.
Uno de los principales desafíos es la falta de conocimiento institucional que se puede compartir con los nuevos reclutas de seguridad. Además, la falta de personal calificado en todos los niveles de las operaciones de seguridad informática contribuye a una falta de madurez en muchas organizaciones empresariales.
En una organización típica, suele haber una falta de habilidades en el nivel 1 para manejar la respuesta a la mayoría de los eventos e incidentes de seguridad, lo que resulta en una excesiva escalada al nivel 2 y nivel 3, que a menudo no cuentan con suficiente personal para manejar el volumen. Esto lleva a retrasos o incluso a la falta de respuesta, dejando a la organización vulnerable a ataques y pérdida de datos.
Desarrollando la Madurez del Personal
Desde una perspectiva de recursos humanos, abordar la escasez de personal calificado es el mayor desafío. Algunas organizaciones de TI han optado por externalizar las operaciones de seguridad a proveedores de servicios de seguridad administrados (MSSP, por sus siglas en inglés) debido a esta razón. Sin embargo, la mayoría de las empresas mantienen sus propios centros de operaciones de seguridad (SOCs) y pueden aprender de los enfoques de los MSSPs.
Una estrategia efectiva es rotar y capacitar al personal. Dado que la seguridad informática es una tarea que requiere atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana, es necesario contar con al menos tres turnos por día y dos equipos de trabajo para cubrir toda la semana laboral. En lugar de tener un equipo trabajando los días de semana y otro los fines de semana, cada equipo trabaja cuatro días a la semana, permitiendo que un día se dedique a la capacitación del personal. Los supervisores de turno son responsables de desarrollar la formación y los empleados más jóvenes son incentivados a participar en la transferencia de conocimientos. Esto crea un ciclo de retroalimentación positiva de mejora continua.
Si bien esto implica un costo adicional para la empresa, es fundamental para contar con un soporte eficaz en el nivel 1, donde se encuentran empleados menos experimentados y de menor costo, para que los niveles superiores puedan enfocarse en problemas menos comunes y documentar procesos para proteger la reputación y la disponibilidad del servicio.
Desarrollando la Madurez de los Procesos
Desde una perspectiva de procesos, es importante reconocer que la tarea de documentar los procesos nunca se termina. Esto se debe a que los entornos de TI están en constante cambio, al igual que las amenazas y vulnerabilidades que enfrentan. Esta naturaleza cambiante es una de las principales razones por las que la ciberseguridad es tan difícil.
Para hacer frente a esto, es necesario dedicarse a documentar, mantener, capacitar, medir y mejorar los procesos de seguridad. A menudo, las organizaciones de TI dependen de unos pocos expertos que son los únicos capaces de resolver problemas complejos. Sin embargo, si estos expertos no documentan su conocimiento, se crea un cuello de botella en la respuesta y existe un riesgo real si no están disponibles durante un evento de seguridad o si deciden abandonar la organización.
Para cambiar esta situación, es necesario ofrecer incentivos, a menudo de tipo financiero. Si bien los ejecutivos pueden pensar que esto debería ser parte del trabajo, aquellos con habilidades de seguridad significativas siempre pueden encontrar otro empleo que requiera menos papeleo. Por lo tanto, retener a estos expertos y obtener lo que la organización necesita requiere un esfuerzo adicional.
En conclusión, la ciberseguridad es un desafío constante para las empresas. Sin embargo, al abordar la falta de personal calificado y desarrollar procesos sólidos, las organizaciones pueden fortalecer su defensa y proteger sus activos de manera más efectiva. La madurez en ciberseguridad requiere el compromiso de los ejecutivos y una inversión adecuada, pero los beneficios a largo plazo son invaluables.