En un evento de ciberseguridad en Taiwán, ocurrió algo que podría considerarse como la definición de ironía. La Oficina de Investigación Criminal de Taiwán (CIB, por sus siglas en inglés) entregó 250 memorias USB a miembros del público que pasaron un cuestionario para poner a prueba sus conocimientos en ciberseguridad. Sin embargo, estas memorias USB estaban infectadas con malware.
La firma de seguridad ESET publicó en su blog WeLiveSecurity que algunos de los participantes notaron que sus programas de ciberseguridad detectaron el malware en las memorias USB. Esto llevó a que la CIB dejara de entregar los supuestos “premios”. Algunas memorias USB fueron devueltas, pero otras aún están en circulación, causando quién sabe qué tipo de estragos.
El malware, llamado XtbSeDuA.exe, tiene la capacidad de robar información de computadoras infectadas de 32 bits y enviarla a una dirección IP en Polonia. Desde allí, los datos son enviados a otros servidores no identificados, por lo que no se tiene una pista clara sobre quién está detrás de este malware.
La CIB señaló que las memorias USB infectadas provenían de una estación de trabajo utilizada por un contratista local. Parece que los contratistas son culpados por todo en estos días, ¿verdad, Sr. Snowden?
Este no es el primer incidente de este tipo. En 2008, la empresa de telecomunicaciones australiana Telstra distribuyó memorias USB infectadas en un evento de ciberseguridad. La curiosidad inherente en los seres humanos por saber qué hay en estos dispositivos hace que sean una buena forma de propagar malware.
Es importante recordar que la ciberseguridad es un tema serio y que debemos tomar precauciones al utilizar dispositivos extraíbles como memorias USB. Siempre es recomendable utilizar programas de ciberseguridad actualizados y escanear cualquier dispositivo antes de conectarlo a nuestro equipo.
En resumen, este incidente en Taiwán nos muestra la ironía de premiar a los participantes de un cuestionario de ciberseguridad con memorias USB infectadas con malware. Nos recuerda la importancia de estar siempre alerta y conscientes de los riesgos que existen en el mundo digital.
Fuente del artículo: The Inquirer