Un grupo de investigadores en Estados Unidos ha logrado un avance significativo en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) al crear un sistema capaz de convertir la actividad cerebral en texto. Aunque actualmente el sistema solo funciona con patrones neurales detectados mientras una persona habla en voz alta, los expertos creen que en el futuro podría ayudar a la comunicación de pacientes que no pueden hablar o escribir, como aquellos con síndrome de enclaustramiento.
El estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, fue llevado a cabo por el Dr. Joseph Makin y sus colegas de la Universidad de California, San Francisco. Para desarrollar el sistema, reclutaron a cuatro participantes que tenían matrices de electrodos implantadas en sus cerebros para monitorear convulsiones epilépticas. A estos participantes se les pidió que leyeran en voz alta 50 frases preestablecidas varias veces, como “Tina Turner es una cantante pop” y “Esos ladrones robaron 30 joyas”. Mientras hablaban, el equipo registró su actividad cerebral.
Los datos obtenidos se introdujeron en un algoritmo de aprendizaje automático, un tipo de sistema de IA, que convirtió la actividad cerebral de cada frase hablada en una serie de números. Para asegurarse de que los números se relacionaran únicamente con aspectos del habla, el sistema comparó los sonidos predichos a partir de pequeños fragmentos de los datos de actividad cerebral con el audio grabado. Luego, la serie de números se introdujo en una segunda parte del sistema que la convirtió en una secuencia de palabras.
Al principio, el sistema generaba frases sin sentido. Sin embargo, a medida que comparaba cada secuencia de palabras con las frases que se habían leído en voz alta, mejoraba y aprendía cómo se relacionaban los números con las palabras y qué palabras tendían a seguir a otras. Finalmente, el equipo probó el sistema, generando texto escrito solo a partir de la actividad cerebral durante el habla.
Aunque aún queda camino por recorrer, este avance en la IA podría sentar las bases para el desarrollo de una prótesis del habla que permita a personas con dificultades comunicarse de manera más efectiva. Además, este sistema también podría tener aplicaciones en otros campos, como la traducción instantánea de pensamientos o la creación de interfaces cerebro-computadora más avanzadas.
En resumen, la capacidad de convertir la actividad cerebral en texto es un logro impresionante que podría tener un impacto significativo en la vida de las personas con discapacidades de comunicación. A medida que la tecnología avanza, es emocionante pensar en las posibilidades futuras que la IA nos puede ofrecer.
Fuente del artículo: The Guardian