En la mayoría de las iniciativas de diversidad e inclusión, se suele poner énfasis en la equidad de género y, en menor medida, en la etnia. Sin embargo, SAP está rompiendo barreras al centrarse en las personas “diferentemente hábiles”. Según el último informe exhaustivo realizado por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, se estima que más de mil millones de personas, es decir, el 15% de la población mundial, viven con algún tipo de discapacidad. Este número solo aumentará a medida que las poblaciones, especialmente en los países desarrollados, continúen envejeciendo y las enfermedades crónicas asociadas con la discapacidad, como las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades mentales, sigan en aumento.
El problema radica en que existen barreras que van desde actitudes y prácticas discriminatorias hasta la falta de servicios adecuados, lo cual afecta la vida de las personas con discapacidad. Como resultado, a pesar de los logros de personas notables como el físico Stephen Hawking, quien padecía de esclerosis lateral amiotrófica y falleció la semana pasada, no sorprende saber que las personas con discapacidad tienen menos probabilidades de empleo que sus contrapartes sin discapacidad, y generalmente ganan menos incluso si lo están. Por ejemplo, un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos señala que la tasa de empleo promedio para las personas con discapacidad es de apenas el 44%, en comparación con poco más de la mitad para las personas sin discapacidad (75%). Por un lado, esto significa que el potencial individual no se está aprovechando a gran escala. Pero por otro lado, también implica que las personas con discapacidad constituyen un grupo de talento en gran medida desaprovechado, lo cual, dadas las actuales escasez de habilidades, parece sensato atraer.
Y esto es exactamente lo que la empresa de software SAP está intentando hacer al establecer un grupo de trabajo para personas “diferentemente hábiles”, que se encuentra junto a los grupos de “género”, “generaciones” y “etnia” en su cartera de diversidad e inclusión (D&I). Stefanie Nennstiel, directora senior de D&I de la compañía, explica: “Cuando buscamos talento en etapas tempranas, el mercado, especialmente para perfiles de TI o STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), está prácticamente vacío. Todos están buscando a los mismos candidatos, por lo que descubrimos que necesitábamos pensar de manera diferente sobre la situación”.
La inclusión de personas con discapacidad no solo es una cuestión de justicia social, sino también una oportunidad para aprovechar un talento valioso y diverso. Al abrir las puertas a las personas “diferentemente hábiles”, las empresas pueden beneficiarse de nuevas perspectivas, habilidades y experiencias que pueden impulsar la innovación y el éxito empresarial. Además, al fomentar un entorno inclusivo, se promueve la igualdad de oportunidades y se rompen los estereotipos y prejuicios asociados con la discapacidad.
Es hora de que más empresas sigan el ejemplo de SAP y se comprometan a incluir a las personas con discapacidad en sus estrategias de diversidad e inclusión. Al hacerlo, no solo estarán contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, sino también aprovechando un talento sin explotar que puede marcar la diferencia en el mundo laboral.