El trabajo remoto se ha convertido repentinamente en una prioridad para las empresas. Si bien la mayoría de las organizaciones tienen los rudimentos de conectividad básica, videoconferencias y colaboración en su lugar, el próximo gran desafío es asegurarse de que esta fuerza laboral se mantenga comprometida y capacitada, y que el ecosistema de datos ahora ampliado esté en sintonía con la cultura de seguridad general de la empresa.
Incluso para expertos en seguridad experimentados, estos son terrenos desconocidos. Con tantos empleados trabajando desde casa, en dispositivos personales que probablemente no tengan la protección más actualizada, el número de vectores de ataque hacia los datos críticos y la infraestructura ha aumentado exponencialmente. Ya es lo suficientemente difícil garantizar la seguridad en la oficina. En casa, muchos tienden a operar bajo un conjunto de reglas diferentes y más laxas.
Recientemente, Lily Hay Newman de Wired describió todas las formas en que COVID-19 ha preparado el escenario para el “caos de los hackers”, y la perspectiva no es bonita. No solo los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) están dirigidos a instalaciones de investigación clave como el Hospital Universitario de Brno en la República Checa, sino que también está aumentando el número de ataques de phishing relacionados con la pandemia. Si estos ataques comienzan a dirigirse a dispositivos domésticos, y probablemente lo harán, podrían causar un daño tremendo a los sistemas empresariales, todo mientras la seguridad está trabajando con un equipo reducido en las instalaciones.
Esto no pretende ser alarmista, pero destaca cómo el potencial de amenaza ha cambiado en el último mes y cómo todos los trabajadores del conocimiento necesitan comprender la seriedad del momento. Una pregunta clave es cómo se espera que las organizaciones capaciten a sus trabajadores en el nuevo protocolo de seguridad, especialmente cuando los propios protocolos están siendo revisados. Aquí es donde el entrenamiento basado en la nube puede ser invaluable.
La nube, después de todo, está diseñada para satisfacer las necesidades de una fuerza laboral distribuida. No solo proporciona una escalabilidad masiva y conectividad global, su seguridad está diseñada específicamente para acomodar a los usuarios remotos y rivaliza con lo que encontrarías en un centro de datos empresarial.
En resumen, el entrenamiento basado en la nube es esencial para garantizar que los trabajadores remotos estén debidamente capacitados en los protocolos de seguridad actualizados. La nube ofrece una plataforma segura y escalable para impartir este entrenamiento, permitiendo a las organizaciones adaptarse rápidamente a los cambios en las amenazas y protocolos de seguridad.
En estos tiempos de trabajo remoto generalizado, es fundamental que las empresas inviertan en el entrenamiento basado en la nube para proteger sus datos y sistemas críticos. La seguridad no puede ser comprometida, y el entrenamiento adecuado es la clave para garantizar que los empleados estén preparados para enfrentar los desafíos de seguridad en el entorno de trabajo remoto.
Fuente del artículo: Info Security