La importancia de protegerse contra eventos extremos en la cadena de suministro

La planificación y gestión de la cadena de suministro es una tarea fundamental para las empresas, pero muchas veces se descuidan los eventos extremos que pueden interrumpirla. Según Yossi Sheffi, profesor del MIT y director de su Centro de Transporte y Logística, estos eventos raros pero devastadores representan la mayor amenaza para la salud corporativa.

Los eventos extremos, a veces llamados “cisnes negros”, incluyen catástrofes imprevistas como el huracán Katrina, la explosión de la plataforma petrolera BP Horizon, el ataque terrorista del 11 de septiembre, el tsunami que golpeó Japón en 2011 e incluso el escándalo de emisiones de Volkswagen. Aunque la mayoría de los procesos de planificación de riesgos se centran en eventos que ocurren con relativa frecuencia, como las emergencias climáticas rutinarias, a menudo se ignoran los eventos extremos que se consideran demasiado improbables para preocuparse, argumenta Sheffi.

Si bien estos eventos son poco probables, la historia ha demostrado una y otra vez que la probabilidad de que ocurran no es cero. “Los cisnes negros nunca se esperan”, dijo Sheffi en una entrevista. “Hay muchos ejemplos de interrupciones de baja probabilidad pero alto impacto. La gente no cree que puedan suceder, pero lo hacen, y habrá más”.

Para protegerse contra estos eventos extremos, las empresas están recurriendo cada vez más a software especializado. Empresas como Resilinc, Elementum, IBM, SAP y Cisco están desarrollando soluciones para ayudar a las empresas a protegerse. Sin embargo, conectar todos los puntos no es fácil. Una gran empresa puede tener miles de proveedores, y cada una de esas empresas puede tener sus propios proveedores. Gestionar todos los lugares donde puede ocurrir un desastre es un asunto complejo.

Para evaluar el impacto de un evento catastrófico, una empresa debe revisar la lista de materiales de cada uno de sus productos, prestando atención no solo a sus principales proveedores, sino también a los secundarios. “A menudo solo se obtiene la dirección de la sede, que no es donde se encuentran las plantas”, dijo Sheffi.

Cuando ocurre un evento extremo, las empresas deben determinar rápidamente qué productos se ven afectados y qué clientes los están utilizando, junto con la contribución financiera de cada uno. La ubicación de las plantas y los niveles de inventario son clave. Con esa información, las empresas deben decidir dónde enfocar sus esfuerzos de recuperación. No siempre puede ser un proceso automático. “Digamos que eres un proveedor de piezas pequeñas y acabas de obtener un contrato pequeño con GM”, dijo Sheffi. Para una computadora, puede parecer un contrato más, pero para una empresa del tamaño de GM es una oportunidad para obtener mucho más negocio en el futuro. Dado los altos niveles de rotación entre clientes y proveedores, los sistemas también deben actualizarse con frecuencia.

Sheffi recomienda que las empresas comiencen hablando con las personas de su cadena de suministro e investigando el software disponible para su industria. Unirse a grupos de la industria también puede ser una forma efectiva de avanzar. Incluso en cuestiones como la responsabilidad social, es importante tener en cuenta el impacto de los proveedores. “Si diriges una gran empresa, es posible que no estés contaminando el medio ambiente, pero tal vez uno de tus proveedores sí lo esté”, dice Sheffi. “Eso puede ser un problema realmente serio, porque los consumidores responderán”.

En resumen, protegerse contra eventos extremos en la cadena de suministro es esencial para garantizar la continuidad y la salud corporativa. Las empresas deben ser conscientes de la posibilidad de que ocurran eventos raros pero devastadores y tomar medidas proactivas para mitigar los riesgos. La utilización de software especializado y la colaboración con los actores de la cadena de suministro son estrategias clave para lograrlo.

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