Los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) son fundamentales para el funcionamiento eficiente de las empresas en la actualidad. Estos sistemas proporcionan una base de software esencial para las transacciones comerciales y permiten la integración de tecnologías complementarias.

En un artículo reciente de Forbes, se destaca la importancia de mantener y actualizar regularmente los sistemas ERP para garantizar un rendimiento óptimo. Muchas empresas han implementado estos sistemas hace más de una década y, aunque se han realizado parches y actualizaciones, es posible que no se haya realizado una evaluación exhaustiva desde su implementación original.

En el ámbito de la educación superior, los sistemas ERP son especialmente relevantes, ya que sirven como base para la mayoría de las transacciones comerciales. Sin embargo, si estos sistemas no son escalables en su núcleo, es probable que los procesos comerciales se vean afectados negativamente.

El artículo de Forbes menciona el caso de una institución educativa que decidió evaluar su sistema ERP existente debido a las limitaciones que estaba imponiendo en su progreso. El personal se encontraba atrapado en tareas transaccionales y las personalizaciones históricas dificultaban la implementación de su visión futura. Ante esta situación, la institución evaluó diferentes soluciones en el mercado y tomó la decisión de migrar a un nuevo sistema ERP.

Es interesante destacar que esta decisión no es común entre las instituciones educativas y las empresas en general. Muchas organizaciones optan por mantener sus sistemas ERP existentes, incluso si no cumplen con todas sus necesidades actuales.

En conclusión, los sistemas ERP son fundamentales para el funcionamiento eficiente de las empresas. Es importante evaluar regularmente estos sistemas y considerar la posibilidad de migrar a soluciones más modernas y escalables. La implementación de un nuevo sistema ERP puede ser un desafío, pero los beneficios a largo plazo superan los obstáculos iniciales.

Fuente del artículo: Forbes