En la era digital, los datos se han convertido en un recurso invaluable para los especialistas en marketing. A través de ellos, pueden evaluar si el mensaje de la marca es efectivo, identificar qué motiva a los clientes a realizar una compra y determinar dónde deben enfocar sus esfuerzos publicitarios en el futuro. Afortunadamente, nunca antes había sido tan accesible la información proveniente de las campañas publicitarias. Plataformas como Google y Facebook ofrecen una amplia variedad de métricas y segmentos para analizar el rendimiento de los anuncios.
Sin embargo, a pesar de la importancia y disponibilidad de los datos publicitarios, es sorprendente la cantidad de fraude que existe en la publicidad digital y la aparente falta de acciones para combatirlo. Las cifras sobre el tamaño real del fraude publicitario varían ampliamente. Algunos afirman que solo el 2% de los anuncios son fraudulentos, mientras que la Asociación de Anunciantes Nacionales estima que se perdieron $7.2 mil millones a nivel mundial debido al tráfico no humano en 2016. El investigador de fraude publicitario, el Dr. Augustine Fou, cree que el problema es aún peor y estima que $31 mil millones de los $70 mil millones invertidos en publicidad digital se destinan a anuncios fraudulentos.
Las operaciones de fraude publicitario son realmente asombrosas. Por ejemplo, Methbot, una red de fraude publicitario desmantelada en diciembre de 2016, utilizaba más de 500,000 direcciones IP y generaba 300 millones de impresiones diarias, lo que le costaba a los anunciantes hasta $5 millones al día. El hecho de que una sola operación pueda generar millones de dólares al día a través del fraude publicitario hace que la situación parezca desesperanzadora.
Entonces, ¿qué puede hacer una marca para combatir el fraude publicitario, especialmente si su departamento de marketing ya tiene limitaciones de recursos y presupuesto? Es fundamental tomar medidas proactivas para proteger la inversión publicitaria y garantizar que los anuncios lleguen a una audiencia real y comprometida. Algunas estrategias incluyen:
- Utilizar herramientas de verificación de tráfico y audiencia para identificar posibles actividades fraudulentas.
- Trabajar con socios publicitarios confiables y transparentes que tengan políticas estrictas contra el fraude.
- Realizar un seguimiento constante de los resultados de las campañas publicitarias y ajustar las estrategias según sea necesario.
- Educar al equipo de marketing sobre las señales de fraude publicitario y cómo detectarlas.
En resumen, los datos son una herramienta invaluable en la publicidad digital, pero también es importante estar conscientes del fraude que existe en este ámbito. Tomar medidas proactivas para combatir el fraude publicitario es fundamental para proteger la inversión y garantizar que los anuncios lleguen a la audiencia correcta.