Vivimos en un mundo gobernado por los datos. La medicina, las políticas y las decisiones empresariales se basan en datos. Sin embargo, en muchos casos, los datos se utilizan de manera tradicional, centrándose principalmente en promedios.
Por ejemplo, si un proyecto tiene un retorno de inversión (ROI) del 40%, eso significa que en general el proyecto debería generar un 40% más de lo que la empresa invirtió en él. Pero dependiendo del proyecto, es posible que el ROI sea mucho menor para algunos usuarios y mucho mayor para otros. Ese 40% es solo un promedio.
Lo mismo ocurre en el ámbito de los hogares inteligentes, como cuando un fabricante de termostatos inteligentes argumenta que un consumidor ahorrará un promedio de $150 al año si compra el termostato de $250. Si bien eso puede ser cierto, para algunos consumidores sus ahorros pueden ser mucho menores, lo que hace que la inversión sea menos valiosa.
Gracias a Internet de las cosas (IoT), o más específicamente, a los datos detallados y granulares de múltiples individuos o máquinas combinados con la capacidad de procesamiento de datos económica, es posible dejar de vender promedios.
Como persona que trabajó desde casa durante el caluroso verano de Texas mientras mi esposo estaba en el trabajo y mi hija estaba en el campamento, por ejemplo, los ahorros energéticos promedio que se obtienen al usar un termostato inteligente nunca se habrían acumulado para mí. Por lo tanto, tratar de venderme un termostato inteligente basado en esos ahorros promedio no tendría sentido. Pero para otro hogar de dos ingresos que vive en Texas, donde todos salen durante el día, tener un termostato inteligente podría ahorrar más que el promedio. La clave está en saber en qué grupo te encuentras.
A medida que más de nuestros dispositivos generan datos, es posible utilizar esos datos para ayudar a clasificar a los beneficiarios y perdedores en un sistema sin recurrir a los promedios. De hecho, es por eso que programas como la tarificación de la congestión molestan a las personas: algunas terminarán pagando más mientras que otras pagan menos.
En resumen, es fundamental tener en cuenta los datos detallados y específicos al tomar decisiones. Los promedios pueden no reflejar la realidad de cada individuo o situación. Gracias a la tecnología y a la recopilación de datos, podemos personalizar nuestras decisiones y obtener resultados más precisos y beneficiosos para cada caso particular.