En esta era de Big Data, parece que las empresas de servicios financieros saben todo lo que hay que saber sobre nuestras vidas como consumidores: dónde vivimos, a qué nos dedicamos, cuánto ganamos, cuánto hemos ahorrado, qué compramos y qué podríamos querer comprar en el futuro. Pero la realidad es que hay grandes segmentos de la población en Estados Unidos y en todo el mundo sobre los cuales estas empresas saben muy poco. A veces, esto se debe a que las personas han dejado muy pocas “migas de datos” que ofrezcan pistas sobre sí mismas: no tienen cuenta bancaria o tienen una cuenta bancaria limitada y no tienen historial crediticio. En otros casos, los consumidores han dejado un rastro, pero no está accesible para la empresa o agencia que lo necesita para evaluar la solvencia de alguien para una tarjeta de crédito, un plan de telefonía celular o un apartamento. Y en otros casos, las empresas simplemente no saben lo que no saben. No han implementado sistemas para realmente conocer o recopilar datos sobre grupos de consumidores que no se parecen a las personas que ocupan los puestos de liderazgo de las empresas: personas que no son blancas, no son heterosexuales, no viven en una gran ciudad, que pueden carecer de títulos universitarios o que pueden haber emigrado recientemente a su país de residencia actual. “Hay una gran conversación que se debe tener sobre cómo representamos el espectro de personas en Estados Unidos en la industria, o si tienes cobertura global, cómo representas el espectro de personas a nivel mundial cuando todo lo que estás viendo es una lista de privilegios” entre los líderes principales, dijo Jane Barratt, directora de defensa de MX Technologies, una empresa con sede en Utah que proporciona datos a instituciones financieras y empresas de tecnología financiera. Barratt y otros expertos discutieron cómo los servicios financieros y la tecnología financiera pueden ser más inclusivos y empoderadores para los consumidores en la reciente conferencia “Fearless in Fintech” en Wharton San Francisco. La conferencia fue co-patrocinada por Knowledge@Wharton y Wharton Executive Education y organizada por Momentum Event Group.
¿Qué Sabemos Sobre Jane?
Para ilustrar la importancia de la perspectiva en el sector, Adrienne Harris, ex asistente especial de política económica en la administración de Obama, utilizó el ejemplo de una mujer ficticia llamada “Jane” que gana alrededor de $60,000 al año. Harris describió la vida de Jane desde que recibe su cheque de pago quincenal, siendo el primer paso una visita a una empresa de cambio de cheques.
La inclusión financiera es un tema crucial en la actualidad. A medida que la tecnología avanza y las empresas de servicios financieros tienen acceso a cada vez más datos, es fundamental que se aseguren de que todos los segmentos de la población sean incluidos y tengan acceso a los servicios financieros. No podemos permitir que ciertos grupos queden excluidos debido a la falta de datos o a la falta de representación en las empresas. Es responsabilidad de las instituciones financieras y las empresas de tecnología financiera garantizar que todos los consumidores tengan igualdad de oportunidades y acceso a los servicios financieros que necesitan.
En resumen, la inclusión financiera es esencial en la era de la tecnología. Las empresas deben esforzarse por conocer y comprender a todos los consumidores, sin importar su origen étnico, orientación sexual, ubicación geográfica o nivel educativo. Solo a través de la inclusión y la representación adecuada podemos construir un sistema financiero más justo y equitativo para todos.