Recientemente, se ha revelado que Microsoft ha concluido que menos del 1% de las denuncias de discriminación de género realizadas internamente son “fundadas”. Estos datos han salido a la luz en el marco de una demanda colectiva en curso presentada por empleadas femeninas de Estados Unidos que trabajan en roles técnicos en la empresa. Los documentos desclasificados revelan que Microsoft solo respaldó a una de las denunciantes, de un total de casi 120 denuncias realizadas entre 2010 y 2016.

Además de las denuncias de discriminación de género, los empleados también presentaron 108 denuncias de acoso sexual, ocho denuncias de represalias y tres denuncias de discriminación por embarazo. Estos datos son preocupantes y plantean interrogantes sobre la cultura laboral en Microsoft y la forma en que se manejan estas denuncias.

Las empleadas que presentaron la demanda alegan disparidades sistémicas en la remuneración y promoción de las mujeres en roles técnicos y de ingeniería en Microsoft. Además, señalan que el equipo encargado de investigar el acoso y las denuncias relacionadas en la sede de la empresa en Redmond, Washington, carece de políticas y procedimientos claros. Esto incluye la falta de un sistema para identificar automáticamente a los “reincidentes” que tienen múltiples denuncias en su contra.

Los documentos judiciales revelan varios memorandos del Equipo de Investigaciones de Relaciones Laborales (ERIT, por sus siglas en inglés) que encontraron evidencia sustancial de comportamiento inapropiado, pero sin violación de las políticas de la empresa. Además, se destaca que los gerentes, y no el departamento de recursos humanos o el departamento legal, tienen la “última palabra” en cualquier acción correctiva.

Microsoft ha defendido su posición argumentando que las investigaciones internas no están directamente relacionadas con las reclamaciones de inequidad salarial en el centro de la demanda. La empresa también ha afirmado que cada investigador interno es un abogado con licencia y cuenta con años de experiencia y capacitación en investigaciones.

Es importante destacar que la igualdad de género en el lugar de trabajo es fundamental para crear un entorno laboral justo y equitativo. Las empresas deben tener políticas y procedimientos claros para abordar las denuncias de discriminación y acoso, y deben tomar medidas adecuadas cuando sea necesario. Además, es esencial que se promueva una cultura de respeto y diversidad en todas las organizaciones.

La revelación de estos datos en el caso de Microsoft nos recuerda la importancia de seguir luchando por la igualdad de género en el ámbito laboral. Todas las personas, independientemente de su género, merecen ser tratadas con respeto y tener las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional.

En conclusión, es fundamental que las empresas se comprometan a garantizar la igualdad de género en el lugar de trabajo. La discriminación y el acoso no tienen cabida en ninguna organización y es responsabilidad de todos trabajar juntos para crear entornos laborales seguros y equitativos.