A medida que el mundo se vuelve cada vez más digital, nuestros datos personales están más expuestos que nunca. La forma en que se generan los datos, así como las herramientas sofisticadas utilizadas para capturarlos, está en constante expansión. Solo necesitas mirar el dispositivo que tienes en la mano para ver una multitud de aplicaciones que rastrean tu ubicación, capturan tus movimientos (como datos de salud y sueño) y analizan tus conversaciones a través de herramientas de mensajería personal.

Sin embargo, a pesar del rápido aumento en la recopilación de datos, no estamos preparados con los marcos éticos o legales necesarios para gestionarlos de manera efectiva. La ética en torno a la práctica de datos es una conversación que requiere la participación de diversas personas. Gobiernos, organizaciones, profesionales legales, ingenieros de software y analistas de datos deben tener voz, especialmente cuando se cuestiona el concepto de ponerle un precio a los datos.

Por qué la ética en el Big Data es importante

La ética en el Big Data nos afecta a todos en muchas áreas de la vida. Al considerar las implicaciones éticas, podemos comenzar a comprender su valor. Aquí hay algunos puntos clave a tener en cuenta:

Consentimiento

¿Quién es el propietario de tus datos por defecto? ¿Cómo se ve que alguien dé su consentimiento para que se utilicen sus datos? Por ejemplo, el uso de una herramienta de mensajería móvil en particular no debería darle al proveedor permiso para leer y analizar mensajes personales. Aquí es donde entra en juego la necesidad de un consentimiento explícito, y está estrechamente relacionado con la cuestión de la propiedad de los datos. La Unión Europea abordó precisamente esto cuando introdujo el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en 2018. Esta regulación está liderando el camino para garantizar una mentalidad de protección de datos por diseño y por defecto. Al aclarar qué procesos de consentimiento deben estar en su lugar, aquellos en el campo del Big Data pueden trabajar hacia un uso más aceptable de los datos personales.

Privacidad

Las preocupaciones de privacidad a menudo se ven como una limitación en el campo del análisis de datos. Aplicar demasiada importancia a la privacidad individual puede afectar negativamente el potencial de uso dentro de la sociedad en general. Por ejemplo, compartir información de salud de los pacientes puede arrojar luz sobre las causas de enfermedades o posibles tratamientos, aunque compartir los datos podría considerarse una violación de la privacidad.

Es importante encontrar un equilibrio entre la privacidad individual y el beneficio colectivo que se puede obtener del análisis de datos. Al establecer límites claros y garantizar que se respeten los derechos de privacidad de las personas, podemos aprovechar al máximo el potencial del Big Data sin comprometer la confidencialidad de la información personal.

En conclusión, la ética en el Big Data es fundamental para garantizar un uso responsable y respetuoso de los datos personales. Al establecer marcos éticos y legales sólidos, podemos proteger la privacidad de las personas y aprovechar al máximo el valor que los datos pueden aportar en diversas áreas de la vida.