En la actualidad, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático están presentes en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Desde los asistentes virtuales en nuestros teléfonos hasta los sistemas de seguridad en nuestros hogares, la tecnología está cada vez más integrada en nuestras vidas. Pero, ¿qué sucede cuando estas tecnologías deben tomar decisiones por nosotros?
En un interesante artículo que leí recientemente, se menciona la importancia de la “desobediencia inteligente” en el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Al igual que los perros guía para personas ciegas, los sistemas de IoT deben ser capaces de desobedecer instrucciones cuando sea necesario para tomar decisiones más acertadas.
Imaginemos a una persona ciega que camina por el mismo camino todos los días. Conoce los puntos donde debe cruzar la calle y confía en sus sentidos para tomar decisiones adecuadas. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que se encuentre con una situación inesperada. En este caso, el perro guía, que puede percibir peligros que el dueño no puede ver, puede desobedecer la orden de avanzar y así evitar una situación de riesgo.
De manera similar, en el mundo del IoT, los sistemas inteligentes deben ser capaces de desobedecer instrucciones cuando detecten que no son las más adecuadas para la situación. Los sensores recopilan datos constantemente y los procesan más rápido de lo que cualquier humano podría hacerlo. Esto permite que el sistema tenga una visión más amplia y pueda identificar peligros antes de que sean percibidos por los operadores.
Es importante destacar que la desobediencia inteligente no implica que el sistema siempre tenga la razón. Al igual que en el ejemplo del perro guía, puede haber situaciones en las que el operador tenga información que el sistema no tiene. En estos casos, debe existir un procedimiento de escalada para que el operador pueda anular la desobediencia y seguir las instrucciones originales.
En resumen, la desobediencia inteligente es una característica crucial en los sistemas de IoT. Permite que la tecnología tome decisiones más acertadas y proteja a los usuarios de posibles peligros. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el factor humano sigue siendo fundamental y que debe existir una comunicación efectiva entre el sistema y el operador.
¿Qué opinas sobre la desobediencia inteligente en el Internet de las cosas? ¿Crees que es una característica necesaria o crees que puede generar problemas? ¡Déjanos tus comentarios!