En el mundo de la tecnología, empresas como Facebook, Twitter y Google compiten constantemente por usuarios, ingenieros y dinero en publicidad. Sin embargo, cuando se trata de amenazas de seguridad, intromisión en elecciones y otros problemas comunes, tiene sentido que estas gigantes tecnológicas trabajen juntas. Esto quedó demostrado recientemente cuando Facebook anunció que había eliminado 652 páginas, grupos y cuentas sospechosas vinculadas a Rusia e Irán. Poco después, Twitter también informó sobre acciones similares. Además, Microsoft reportó un nuevo intento ruso de suplantar sitios web conservadores de Estados Unidos, posiblemente como parte de una campaña de espionaje.
La cooperación entre estas empresas facilita la lucha contra el uso fraudulento de sus servicios. También les permite mostrar a sus usuarios y reguladores que toman las amenazas lo suficientemente en serio como para dejar de lado sus diferencias competitivas. No tienen otra opción si quieren evitar la regulación y mantenerse por delante, o al menos a la par, de los actores maliciosos que cada vez son más astutos evadiendo los controles de las empresas tecnológicas.
Un ejemplo claro de esto es que, aunque Facebook afirmó que no había evidencia de que los actores rusos e iraníes cooperaran entre sí en los últimos esfuerzos por crear cuentas falsas para engañar a los usuarios, la compañía dijo que sus tácticas eran similares. En otras palabras, si los “malos” están aprendiendo unos de otros, las empresas que los combaten también necesitan hacer lo mismo.
Desde el año pasado, Facebook ha intensificado significativamente la vigilancia de sus servicios, después de reconocer que agentes rusos utilizaron con éxito la plataforma para llevar a cabo operaciones de influencia política con el objetivo de influir en las elecciones presidenciales de 2016. Otras empresas de redes sociales han hecho lo mismo y continúan descubriendo nuevas pruebas de campañas de desinformación política. Mientras que algunas de las interrupciones en 2016 parecían apoyar a ciertos candidatos, las campañas más recientes parecen tener como objetivo sembrar discordia y llevar a las personas a posturas más extremas en el ámbito político.
Las empresas tecnológicas ya comparten información para combatir el terrorismo, la pornografía infantil, el malware y el spam. Ahora también están agregando amenazas políticas globales provenientes de estados-nación. En audiencias del Congreso a principios de este año, el consejero general de Facebook, Colin Stretch, afirmó que Facebook, Twitter y Google tienen una “larga historia” de trabajar juntos en este tipo de amenazas. Expresó la esperanza de que compartir información se convierta en una “práctica estándar de la industria”.
En conclusión, la cooperación entre las grandes empresas tecnológicas es esencial para combatir las amenazas que enfrentan en común. Al unir fuerzas, estas empresas pueden proteger mejor a sus usuarios y demostrar su compromiso con la seguridad y la integridad de sus plataformas. Además, al compartir información y trabajar juntas, pueden mantenerse un paso adelante de los actores maliciosos y evitar la necesidad de regulaciones más estrictas.