En la actualidad, las organizaciones se enfrentan a numerosas amenazas para sus sistemas de información y datos. Es por eso que entender los elementos básicos de la ciberseguridad es el primer paso para hacer frente a estas amenazas.
¿Qué es la ciberseguridad? ¿Cómo construir una estrategia de ciberseguridad? La ciberseguridad es la práctica de garantizar la integridad, confidencialidad y disponibilidad de la información. Representa la capacidad de defenderse y recuperarse de accidentes como fallas en el disco duro o cortes de energía, así como de ataques de adversarios. Estos últimos incluyen desde aficionados a la programación hasta hackers y grupos criminales capaces de ejecutar amenazas persistentes avanzadas (APTs), y representan serias amenazas para las empresas.
La planificación de la continuidad del negocio y la recuperación ante desastres son tan críticas para la ciberseguridad como la seguridad de las aplicaciones y las redes. La seguridad debe ser una prioridad en toda la organización y contar con un mandato de la alta dirección. La fragilidad del mundo de la información en el que vivimos actualmente también exige controles sólidos de ciberseguridad. La dirección debe asegurarse de que todos los sistemas se construyan según ciertos estándares de seguridad y de que los empleados reciban una capacitación adecuada. Todo código, por ejemplo, tiene errores y algunos de esos errores son fallas de seguridad. Después de todo, los desarrolladores también son humanos.
Capacitación en seguridad. El factor humano siempre es el eslabón más débil en cualquier programa de ciberseguridad. Capacitar a los desarrolladores para que programen de manera segura, capacitar al personal de operaciones para que priorice una postura de seguridad sólida, capacitar a los usuarios finales para que detecten correos electrónicos de phishing y ataques de ingeniería social: la ciberseguridad comienza con la conciencia. Todas las empresas experimentarán algún tipo de ciberataque, incluso si tienen controles sólidos en su lugar. Un atacante siempre aprovechará el eslabón más débil y muchos ataques se pueden prevenir fácilmente realizando tareas básicas de seguridad, a veces conocidas como “higiene cibernética”. Un cirujano nunca entraría a un quirófano sin lavarse las manos primero. De manera similar, una empresa tiene la responsabilidad de realizar los elementos básicos de cuidado de la ciberseguridad, como mantener prácticas de autenticación sólidas y no almacenar datos sensibles donde sean accesibles abiertamente.
No obstante, una buena estrategia de ciberseguridad debe ir más allá de estos aspectos básicos. Los hackers sofisticados pueden evadir la mayoría de las defensas y la superficie de ataque, es decir, el número de formas o “vectores” mediante los cuales un atacante puede ingresar a un sistema, está en constante expansión para la mayoría de las empresas. Por ejemplo, la información y el mundo físico se están fusionando, y los delincuentes y espías estatales ahora representan una amenaza para la ICA (integridad, confidencialidad y disponibilidad) de los sistemas ciberfísicos, como los automóviles, las plantas de energía, los dispositivos médicos e incluso su refrigerador inteligente. De manera similar, las tendencias hacia la computación en la nube, las políticas de traer su propio dispositivo (BYOD) en el lugar de trabajo y el creciente internet de las cosas (IoT) plantean nuevos desafíos. Defender estos sistemas nunca ha sido más importante.
En resumen, la ciberseguridad es esencial para proteger los sistemas de información y datos de las organizaciones. Desde la concientización y capacitación de los empleados hasta la implementación de controles sólidos y la adaptación a las nuevas tendencias tecnológicas, las empresas deben tomar medidas para garantizar la seguridad de sus activos digitales. Solo así podrán enfrentar las amenazas actuales y futuras en el mundo digital.
Fuente del artículo: CSO