En la sociedad actual, se tiende a creer que la democracia y el capitalismo han mejorado la vida de los ciudadanos modernos. La democracia, en teoría, promueve la equidad y la igualdad entre los miembros de una sociedad, y el capitalismo ha extendido la propiedad más allá de los ricos y nobles. Sin embargo, este artículo sugiere que la evidencia histórica apunta en sentido contrario: el surgimiento del capitalismo y la democracia no han logrado resolver el problema de la desigualdad.
El autor proporciona una gran cantidad de ejemplos de diferentes sociedades y períodos de tiempo de todo el mundo para ilustrar cómo los eventos y desastres terribles han desempeñado un papel más importante en el manejo de la desigualdad. Al revisar los esfuerzos históricos de los gobiernos para frenar la desigualdad y sus consecuentes resultados, estarás mejor informado sobre cómo puedes ayudar en la lucha actual por construir un mundo más igualitario.
En este artículo descubrirás cómo estaban estructuradas ciertas sociedades antiguas, cuándo y dónde se produjeron los primeros signos visibles de desigualdad, y cuál era uno de los peores lugares para vivir.
La calidad de vida mejorada dio lugar a la desigualdad, antes de que los avances tecnológicos empeoraran la situación. La era del hielo fue un período difícil para la humanidad. Cuando finalmente terminó, se esperaba que nuestras vidas mejoraran. Sin embargo, aunque en ciertos aspectos lo hicieron, no todos los cambios que vinieron con el clima mejorado fueron positivos.
A medida que la última era del hielo llegaba a su fin hace unos 11,700 años, entramos en un período de estabilidad climática conocido como el Holoceno. Durante este tiempo, los humanos que se habían establecido en el Medio Oriente comenzaron a cultivar la tierra y producir alimentos, lo que eventualmente resultó en un excedente. Esto marcó el comienzo de la desigualdad, ya que algunos comenzaron a acumular áreas más grandes de tierra y más recursos alimentarios, mientras empleaban a otros para trabajar en sus propiedades. La estructura de la sociedad comenzaba a tomar forma.
A diferencia de las sociedades cazadoras-recolectoras anteriores en las que el poder se distribuía de manera equitativa y horizontal, la nueva sociedad que surgió durante el Holoceno estaba estructurada jerárquicamente, con diferencias marcadas entre ricos y pobres. La evidencia de esta discrepancia proviene de restos arqueológicos que datan de hace 11,000 años, que muestran por primera vez grandes diferencias en el tamaño de las viviendas. Además, los huesos de peces encontrados en el perímetro de las viviendas más grandes indican que estas personas comían peces grandes, mientras que en las casas más pequeñas, los peces pequeños eran lo habitual.
Además de la mejora en la calidad de vida, los avances tecnológicos también impactaron negativamente en las sociedades. Incluso las comunidades tribales más pequeñas no pudieron escapar de la desigualdad. Durante el período del año 500 al 700 d.C., la tribu Chumash, que vivía en la costa de California, desarrolló un nuevo tipo de canoa que permitía a más pescadores adentrarse en el mar para capturar peces. En poco tiempo, los hombres, que controlaban y manejaban las canoas, se elevaron para dominar la tribu. Los hombres aseguraron el control sobre la tierra tribal, las ceremonias religiosas y la guerra. Como muestra de gratitud por su seguridad, otros miembros de la tribu ofrecían a los jefes masculinos artículos clave de comercio, como alimentos y conchas.
Como puedes ver, la desigualdad ha existido durante mucho tiempo, tanto por la mejora en la calidad de vida como por los avances tecnológicos. En el próximo parpadeo, veremos qué continuó impulsando esta división.
Al principio, la propiedad de la tierra era igualitaria, pero en ciertos círculos, la propiedad pronto se concentró. Hoy en día, se habla mucho sobre el uno por ciento de la población que controla la mayoría del dinero disponible en el mundo, pero eso no siempre fue así…