En lo que se ha llamado una de las peores crisis migratorias de la historia reciente, es momento de mostrar compasión, cuidado y acción. Cada donación de tiempo, ropa, comida, sin importar cuán grande o pequeña sea, es de gran ayuda para estos refugiados. La magnitud y la realidad de esta creciente crisis nos impacta profundamente cuando la tenemos frente a nuestros ojos.
El viernes, la Cruz Roja Alemana de Mannheim hizo un llamado a voluntarios y personal médico para que se ofrecieran como voluntarios durante el fin de semana en un campamento de emergencia instalado en la base militar abandonada del ejército de Estados Unidos en Mannheim, cerca de la sede de SAP en Walldorf. Junto con el Dr. Turgay Goeksu, médico de la empresa SAP, y muchos otros voluntarios locales, pensamos que estábamos preparados gracias a las desgarradoras historias de los medios de comunicación cuando nos enfrentamos a más de 1,000 de estos evacuados en los últimos dos días.
Las necesidades humanas básicas requerían atención urgente, y voluntarios de todos los ámbitos de la vida, desde estudiantes hasta jubilados, trabajaron para ayudar con el alojamiento, la administración y poner en funcionamiento los edificios abandonados nuevamente. Estos evacuados habían viajado largas distancias en condiciones peligrosas y muchos no estaban en buen estado físico o mental, muchos de ellos solo tenían una pequeña bolsa de plástico con sus pertenencias, habían sido separados de sus familiares y necesitaban nuestra ayuda y compasión. Sin el apoyo de la comunidad árabe que ya vive en Alemania y que traduce para los refugiados, todo esto habría sido aún más desafiante.
Turgay y yo trabajamos, junto con otros voluntarios médicos, para encontrar a los evacuados que necesitaban asistencia médica. Lidiar con los requisitos médicos era más fácil; el aspecto emocional era más difícil porque sabíamos que no podíamos resolverlo con una inyección o comida. Una de esas historias fue la de un ginecólogo sirio, que huyó con 20 miembros de su familia de Siria. La familia fue separada por traficantes de personas: su esposa y sus cuatro hijos fueron retenidos en Turquía, su padre de 70 años, que sufre una enfermedad cardíaca grave, fue detenido en la frontera húngara y su hermano fue retenido en Grecia. El médico llegó a salvo con su sobrina de siete años a Alemania hace solo unos días. Afortunadamente, logró ponerse en contacto con su padre a través de Facebook y se enteró de que fue trasladado a Austria. Hay demasiadas historias similares a esta.
Hasta que la guerra y la crisis se resuelvan, debemos unirnos y ayudar a nuestros semejantes en una de las peores crisis migratorias del mundo. SAP ha comprometido €500,000 y todas las donaciones realizadas por los empleados de SAP serán igualadas por la Responsabilidad Social Corporativa de SAP (SAP CSR). Esta experiencia me mostró una vez más lo valiosa que es la vida y la libertad. Por lo tanto, te insto a que, si puedes, dones lo que puedas: dinero, ropa y alimentos necesarios, ofrece tu tiempo como voluntario. Pero hazlo de manera sostenible. Ponte en contacto y únete a organizaciones que ayuden a coordinar los esfuerzos generales y familiarízate con la información necesaria sobre solicitantes de asilo y refugiados.
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