El Reino Unido y Francia se han unido en nombre de la inteligencia artificial (IA) y la ciberseguridad con el objetivo de impulsar el desarrollo futuro en estas áreas. Los ministros de ambos países tomaron la decisión de unir fuerzas con la esperanza de fomentar la colaboración transfronteriza entre académicos, la industria y el gobierno, y así “ayudar a ambos países a aprovechar los beneficios económicos y sociales de la tecnología en rápido desarrollo, como la IA”.

El Secretario de Digital, Cultura, Medios y Deporte del Reino Unido, Matt Hancock, lideró la iniciativa y se reunió con su homóloga francesa, Françoise Nyssen, en la Cumbre Reino Unido-Francia. El evento fue organizado por el primer ministro y el presidente francés, Emmanuel Macron, en la Real Academia Militar de Sandhurst.

Hancock anunció que los dos países establecerán una “conferencia digital de vanguardia” como parte del nuevo pacto, que se llevará a cabo más adelante este año y “permitirá a nuestros expertos líderes mundiales en ciberseguridad, habilidades digitales, inteligencia artificial, datos y gobierno digital compartir su talento y conocimiento”. Además, agregó: “El Reino Unido y Francia están fortaleciendo los lazos en tecnología e innovación. Ambos países se benefician cuando nuestras economías digitales son fuertes y el evento profundizará nuestros vínculos y fomentará la colaboración transfronteriza entre aquellos en la vanguardia de la tecnología moderna”.

El nuevo acuerdo entre los dos países probablemente aportará talentos muy diferentes pero valiosos a la mesa. Por ejemplo, el Reino Unido encabeza la lista en Europa de inversores tecnológicos globales, con sus empresas tecnológicas atrayendo más financiamiento de capital de riesgo que cualquier otro país europeo en 2017. Además, en diciembre, Oxford Insights lo nombró como el país mejor preparado del mundo para la implementación de la IA. En cuanto a Francia, el país ha dado grandes pasos últimamente en la creación de nuevas empresas tecnológicas y en el fomento de emprendedores, siendo Station F en París, una antigua estación de tren que alberga startups, multinacionales e inversores, un símbolo de la ambición del país.

Fuente del artículo: The Inquirer