Para cualquier empresa, la implementación de un sistema de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) puede ser una de las inversiones en tecnología de la información más grandes y cruciales que realizará. No solo conlleva costos masivos en licencias, mantenimiento, desarrollo y hardware, sino que también requiere grandes cantidades de tiempo y trabajo. Es probable que se aborde una implementación de esta magnitud debido al crecimiento de la empresa y las demandas del proceso; es necesario garantizar la eficiencia y seguridad en su negocio y mejorar la gestión de operaciones. Un ERP ciertamente ayudará con esto, pero solo si se implementa de manera reflexiva y estratégica.
El tiempo promedio para un proyecto de ERP, desde el inicio hasta la finalización, es de alrededor de 14 meses, pero cuando surgen problemas en la implementación, puede llevar hasta cinco años. De hecho, un estudio reciente mostró que más del 57 por ciento de los proyectos de ERP tardan más de lo previsto. Debido a estos factores complicados al embarcarse en un proyecto de ERP, hay algunas cosas que los CEO deben tener en cuenta:
Los ERP no pueden resolver todos los desafíos empresariales
Aunque los ERP cumplen una función crucial en la gestión interna de una empresa, no están diseñados para manejar tareas específicas de todos los departamentos. Por ejemplo, los ERP no tienen una interfaz simple y pueden carecer de flexibilidad y sutileza para manejar tareas fácilmente. Además, el 37 por ciento de las empresas encuentra difícil que su personal se adapte a los procesos utilizando un nuevo ERP. En cambio, las organizaciones pueden encontrar más eficiencia con soluciones de terceros que se integren con sus ERP existentes. “LOS CEO DEBEN SER CLAROS Y EXPRESAR EL VALOR Y LA NECESIDAD DEL NUEVO ERP Y BRINDAR A LOS EMPLEADOS APOYO PARA REALIZAR LA TRANSICIÓN”.
Los empleados resistirán el cambio
En pocas palabras, si los empleados están cómodos con el proceso que ya está en marcha, cualquier ajuste puede suponer un desafío, incluso si ese cambio significa una mejora. Los CEO deben ser claros y expresar el valor y la necesidad del nuevo ERP y brindar a los empleados apoyo para realizar la transición. Habrá una curva de aprendizaje que puede requerir capacitación adicional y tiempo extra para completar proyectos a medida que los empleados se adapten al nuevo sistema.
Personalizar su ERP puede generar más problemas
Una encuesta de 2017 encontró que el 88 por ciento de las empresas terminan personalizando su ERP en cierta medida. Incluso con toda esa inversión, se necesita tiempo adicional para llevar a cabo estas personalizaciones. Además, aunque estas personalizaciones pueden funcionar a corto plazo, a largo plazo pueden generar problemas. La personalización dentro de su sistema ERP puede ser difícil de actualizar y cumplir con las prácticas recomendadas de la industria en constante cambio. Además, agrega complejidad cuando las empresas eligen integrar software de terceros para ayudar a agilizar tareas específicas, lo que hace que una integración inicialmente “perfecta” sea todo menos eso.
En conclusión, la implementación de un sistema ERP puede ser un desafío para cualquier empresa. Es importante tener en cuenta que los ERP no son una solución universal para todos los desafíos empresariales y que los empleados pueden resistirse al cambio. Además, personalizar un ERP puede generar problemas a largo plazo. Sin embargo, con una implementación cuidadosa y estratégica, un ERP puede mejorar la eficiencia y la gestión de operaciones de una empresa.