En los últimos años, la ciudad de Glasgow se ha convertido en un referente en la transformación de la conectividad y el uso de la tecnología para mejorar nuestra vida cotidiana. Gracias a una red de Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) desarrollada por un consorcio de organizaciones, encabezado por las tres universidades de la ciudad y el Centro de Innovación Escocés para Sistemas de Sensores e Imágenes (CENSIS), Glasgow se ha posicionado como líder en este campo.
La red de IoT de Glasgow cuenta con una característica única: la capacidad de determinar la ubicación de los dispositivos a través de sus puntos de acceso distribuidos por toda la ciudad. Aunque en la actualidad contamos con tecnologías como el GPS para determinar la ubicación con precisión, estas requieren un consumo de energía considerable. En cambio, la red LoRaWAN (Low Power Wide Area Networking) utilizada en Glasgow permite que los dispositivos tengan una vida útil de batería de hasta 10 años, sin sacrificar la precisión en la ubicación.
Esta capacidad de determinar la ubicación tiene un gran impacto en la eficiencia de los servicios públicos. Por ejemplo, en la gestión de residuos, se está explorando la posibilidad de monitorear los contenedores públicos de basura en Glasgow para saber cuándo están llenos y en qué ubicación exacta se encuentran. Esto podría llevar a servicios más eficientes y calles más limpias.
Otra aplicación de esta tecnología es el seguimiento de la ubicación de activos importantes. Tanto el gobierno local como los contratistas privados que brindan servicios públicos pueden beneficiarse de saber la ubicación de equipos valiosos o si están en uso o en el depósito. Esto reduce el riesgo, mejora la planificación y optimiza la entrega de servicios.
Además, en colaboración con otras organizaciones, se están instalando sensores a lo largo del río Clyde para monitorear los niveles de agua y prevenir inundaciones. La tecnología utilizada en Glasgow tiene el potencial de ofrecer cobertura a nivel nacional y se están llevando a cabo numerosas pruebas en áreas como el monitoreo ambiental, la detección de contaminación y el apoyo a la vida independiente de las personas.
Glasgow se ha convertido en el lugar ideal para probar nuevos productos y servicios relacionados con el IoT, no solo por sus características geográficas y topográficas, sino también por la naturaleza de la red LoRa establecida en la ciudad. Esta red ofrece una amplia cobertura y un bajo costo de implementación, lo que la hace altamente escalable y adaptable a diferentes entornos.
En resumen, Glasgow está liderando la transformación de la conectividad a través de su red de IoT. Esta tecnología tiene el potencial de mejorar la eficiencia de los servicios públicos, reducir riesgos y brindar soluciones innovadoras a los desafíos actuales. Sin duda, Glasgow se ha convertido en un referente en el uso de la tecnología para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y sentar las bases para un futuro más conectado.