Si estás buscando pedir un préstamo para tu negocio o para razones personales, es posible que te encuentres con una pregunta común: ¿es mejor pedirlo a un banco comercial o a un prestamista privado? Ambas opciones tienen características diferentes y ventajas y desventajas que debes considerar para tomar tu decisión final.
La respuesta a la pregunta de cuál es la mejor fuente para pedir un préstamo es bastante simple: es aquella en la que te aprueben. Sin embargo, la mayoría de las personas, especialmente las empresas, prefieren que sus préstamos sean aprobados por un banco. Incluso hay algunos propietarios de negocios que creen que su banco es la única y más confiable fuente para obtener un préstamo empresarial. Sin embargo, esto está lejos de la verdad.
La razón principal por la que la mayoría de las personas prefieren pedir un préstamo a un banco en lugar de a un prestamista privado es que los bancos suelen ofrecer préstamos a una tasa de interés mucho más baja en comparación con los prestamistas privados. ¿Cómo es posible esto? Hay varias razones para ello.
En primer lugar, los bancos suelen tener un costo de fondos muy bajo en comparación con otros prestamistas. Además, tienen una gran cantidad de depositantes que son sus clientes minoristas, quienes mantienen mucho dinero en sus cuentas de ahorro y corriente. Esto significa que los bancos tienen una gran cantidad de dinero fácilmente accesible. Pueden prestar este dinero a un costo más bajo, lo que a su vez reduce la tasa de interés.
Además, si los bancos no pagan intereses sobre los depósitos realizados por sus clientes o pagan un interés muy bajo, como medio punto porcentual como lo hacen hoy en día, entonces estos fondos les están disponibles a un costo mucho más barato para usar y prestar. Además, todos los bancos comerciales tienen el derecho legal de acceder a fondos federales. Estos fondos también se ofrecen a una tasa mucho más baja, como el 2.5% actual, en comparación con las tasas de tiempos anteriores que llegaron a ser tan altas como el 4%, 6% o incluso el 19%.
Por otro lado, los prestamistas privados enfrentan un conjunto de desafíos diferentes. Por lo general, tienen fondos limitados disponibles. Esto significa que deben aprovechar al máximo los fondos disponibles. Además, también tienen que obtener estos fondos de otros inversionistas a quienes necesitan atraer con mejores rendimientos y tasas más altas en comparación con los bancos comerciales. Además, también tienen un mayor costo de operación y marketing para atraer tanto a los depositantes como a los prestatarios. Todos estos factores aumentan el costo de adquisición de fondos y el costo de préstamo de estos prestamistas privados. Este alto costo generalmente se traslada a los prestatarios, quienes deben pagar tasas de interés más altas en sus préstamos para adquirirlos.
En resumen, los bancos comerciales ofrecen préstamos a una tasa de interés más baja debido a su fácil acceso a fondos y a su capacidad para prestar dinero a un costo mucho más bajo en comparación con los prestamistas privados. Sin embargo, los bancos también son muy oportunistas y rara vez prestan dinero a una tasa muy baja. Además, tienen otras formas de ganar dinero, como cobrar tarifas bancarias y realizar inversiones. También tienen regulaciones estrictas que los obligan a no prestar dinero a nuevas o pequeñas empresas. Estas regulaciones están diseñadas para proteger el dinero de los depositantes, pero limitan la capacidad de los bancos comerciales para otorgar préstamos. Por otro lado, los prestamistas privados no tienen estas restricciones y su único negocio es otorgar préstamos.
En conclusión, obtener un préstamo puede ser como poner la cabeza en una espada de doble filo. Puedes encontrar préstamos más baratos, pero serán difíciles de encontrar, o puedes obtener préstamos fácilmente, pero con tasas de interés más altas. La elección entre un banco comercial y un prestamista privado dependerá de tus necesidades y circunstancias individuales.