En 1989, Stephen R. Covey publicó su obra seminal “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”. Desde entonces, se han vendido 25 millones de copias impresas, 15 millones de audiolibros y se ha traducido a 38 idiomas en todo el mundo. A día de hoy, sigue siendo uno de los 25 mejores libros de negocios. Encontrarás muchos artículos de blog que ofrecen un conjunto complementario de siete hábitos de los gerentes de proyectos altamente efectivos. La mayoría se centra en los aspectos procedimentales del trabajo. Aquí he intentado enfocarme de manera más amplia (si eso no es una dicotomía) en actitudes y comportamientos. La actitud es importante. Determina tu altitud. Se acerca la Navidad. ¿Quieres volar como un águila o caminar como un pavo?

Hábito #1: No aceptes un “No” como respuesta

Las personas que no se fijan metas desafiantes tienden a no lograr grandes cosas. Apunta al 75% y es muy poco probable que alcances el 100%. No aceptes que las cosas no se pueden hacer. No aceptes la primera fecha que te den. No aceptes el primer presupuesto. No aceptes una serie de exclusiones de alcance o un gran número de suposiciones. Desafía a tu equipo a hacer más con menos y te sorprenderás de cuánto puedes lograr.

Hábito #2: Tampoco digas “No” como respuesta

Los proyectos se tratan de cambio. De hacer que las cosas sucedan. Lo último que tu patrocinador quiere escuchar es un “no”. Sí, necesitas controlar los cambios en el alcance, los requisitos, las fechas, el presupuesto, etc., pero eso no significa que debas hacerlo simplemente diciendo “no” por defecto. Analiza cada solicitud en función de sus méritos (especialmente si el originador practica el hábito #1). Consulta nuestro artículo anterior sobre cómo gestionar con menos recursos para obtener algunos consejos.

Hábito #3: Mantén la calma y sigue adelante

Los proyectos sufrirán contratiempos, sin importar cuán efectivo seas. Mantén la calma y trabaja en el problema. Tu trabajo es idear un plan de recuperación, ejecutarlo y restablecer el control. No te enfades ni grites. Las personas que se enfadan suelen estar fuera de su zona de confort y fuera de control. Cada vez que se enfadan, están anunciando ese hecho. Haz algo que te asuste todos los días. Ampliará tu zona de confort. Las noticias para un gerente de proyectos tranquilo y con control y una gran zona de confort no son ni buenas ni malas, simplemente son noticias.

Hábito #4: Impulsa el cambio

Anticípate a los obstáculos y elimínalos antes de que se conviertan en problemas. Si tienes un problema, asúmelo y busca una solución. Hazte responsable de la solución. Sé proactivo. Sigue a las personas. No envíes un correo electrónico cuando puedas llamar. No llames cuando puedas estar presente en persona. Impulsa al equipo a hacer lo mismo.

Hábito #5: Enfócate en el objetivo, no en los medios

No te conviertas en esclavo de la metodología. Tu trabajo es lograr un resultado, entregar productos, crear nuevas capacidades, obtener beneficios. Nunca pierdas de vista eso. Pregúntate si completar todos esos formularios, crear todos esos documentos, perseguir todas esas aprobaciones realmente te permitirá hacer un mejor trabajo. Si no lo hace, adapta la metodología (sin importar qué método estés utilizando, la mayoría están diseñados para adaptarse a tus circunstancias, con pocos componentes obligatorios). Sobre todo, nunca, nunca pierdas de vista lo que estás tratando de lograr.

Hábito #6: Presta atención a los detalles (pero asegúrate de que sean los correctos)

Ya he hablado antes sobre la importancia de ser primero un gerente de proyectos y los peligros de intentar ser un hacedor de proyectos al mismo tiempo. Deja que tus expertos en la materia se centren en los detalles de los requisitos, los procesos comerciales, los diseños detallados. Lo más probable es que sean mucho mejores que tú en eso. Donde debes centrarte absolutamente es en los aspectos fundamentales de tu trabajo. Asegúrate de que el pronóstico de presupuesto sea preciso, tus datos reales estén actualizados, tu plan refleje la realidad, informa el estado de manera veraz, estás al tanto de los riesgos, tienes planes creíbles para resolver problemas, y así sucesivamente.

Hábito #7: Disfruta lo que haces

Es prácticamente imposible destacar en algo si no lo disfrutas. El trabajo es trabajo. La mayoría de nosotros recibimos un pago por ello. Ese es el trato. Se llama remuneración por una razón. Eso no significa que tenga que ser agobiante, una tarea, algo que odias hacer. Encuentra formas de hacer que el trabajo sea más divertido. Si no disfrutas tu trabajo (al menos parte del tiempo), tal vez sea hora de analizar detenidamente tu carrera elegida.

Principios de vuelo 101

Como dije antes, la actitud es importante. En los negocios, en la vida y en el vuelo, tu actitud determina tu altitud. Apunta alto y mira al cielo y tendrás una oportunidad de lograr grandes cosas, de volar con las águilas. Camina todo el día con la nariz apuntando al suelo, enterrado en los detalles de lo que estás haciendo, y corres el riesgo de convertir tu proyecto en algo un poco desastroso.