Por Barney Austen

El proyecto ha llegado a su fin. Durante el transcurso del proyecto, las cosas fueron bien y las cosas fueron mal. Esta es la naturaleza de la bestia. Ha habido numerosas reuniones durante el proyecto e incluso después para reflexionar sobre lo que sucedió y por qué sucedió de esa manera. Se han tomado medidas para abordar lo que salió mal. Se han tomado medidas para compartir lo que salió bien dentro del proyecto con otros equipos de proyectos para que puedan beneficiarse. Han pasado unos meses. Estamos analizando lo que salió bien en el último proyecto. Estamos analizando lo que salió mal. Si fuéramos valientes, miraríamos hacia atrás en las lecciones de proyectos de hace unos meses y veríamos, casi palabra por palabra, los mismos puntos que se hicieron. Hemos tenido lecciones, pero no hemos aprendido nada. ¿Por qué es que nosotros, como gestores de proyectos y de negocios, rara vez logramos extraer lecciones realmente valiosas de un trabajo o experiencia y aplicarlas en beneficio de actividades futuras? La respuesta, sospecho, es que para introducir los cambios necesarios en una metodología de entrega o tal vez aplicar un nuevo método de operación se necesita tiempo y recursos. El negocio ha avanzado. La siguiente entrega debe salir por la puerta. Simplemente no hay suficiente capacidad para implementar los cambios necesarios ahora para beneficiar el trabajo futuro. Además, ¿no entregamos el trabajo, verdad? No es suficiente. La dirección debe hacer tiempo en cualquier programa de trabajo para reflexionar y trabajar en los cambios necesarios. Los errores cuestan dinero y si la empresa está controlando cada centavo (como debería hacerlo), entonces si es posible absorber algunos costos ahora para implementar los cambios necesarios que surgen de un ejercicio de “lecciones”, esto debe hacerse, ya que ahorrará dinero en el futuro. Claro, se debe realizar un análisis práctico para determinar si cada lección aprendida realmente necesita aplicarse y si se pagará a sí misma a mediano plazo. Pero este ejercicio al menos debe llevarse a cabo para tomar esa determinación. Luego, la dirección debe impulsar la aplicación de las lecciones aprendidas en otros proyectos y operaciones. La mejora continua del servicio es un ejercicio que cualquier empresa debe emprender en la entrega de proyectos. Debe ser impulsado como una cultura de gestión para que sea exitoso y garantizar la asignación necesaria de recursos. En la mayoría de los casos, el beneficio a largo plazo supera con creces los costos a corto plazo.

Barney Austen es el fundador de http://beta.myprojecttracker.com/ (aún en versión beta), una herramienta fácil de usar, rentable y poderosa que proporciona a los propietarios de negocios y a los gestores de proyectos la información clave necesaria para ejecutar sus proyectos de manera eficiente y efectiva. La pasión de Barney Austen es ayudar a las empresas a través de la provisión de productos funcionalmente relevantes pero intuitivos. Puedes leer más de Barney en el blog de su empresa, disponible aquí.