La Gestión de Calidad Total (TQM, por sus siglas en inglés) es un enfoque que las organizaciones utilizan para mejorar sus procesos internos y aumentar la satisfacción del cliente. Cuando se implementa correctamente, este estilo de gestión puede llevar a una disminución de los costos relacionados con el mantenimiento correctivo o preventivo, un mejor rendimiento general y un mayor número de clientes felices y leales. Sin embargo, la TQM no es algo que suceda de la noche a la mañana. Si bien existen varias soluciones de software que ayudarán a las organizaciones a comenzar rápidamente a implementar un sistema de gestión de calidad, también hay algunas filosofías subyacentes que la empresa debe integrar en cada departamento y en cada nivel de gestión. Independientemente de los recursos adicionales que utilice, debe adoptar estos siete principios importantes de la Gestión de Calidad Total como base para todas sus actividades.
- La calidad puede y debe ser gestionada: Muchas empresas se han sumergido en un ciclo repetitivo de caos y quejas de los clientes. Creen que sus operaciones son simplemente demasiado grandes para gestionar eficazmente el nivel de calidad. El primer paso en el proceso de TQM, entonces, es darse cuenta de que hay un problema y que se puede controlar.
- Los procesos, no las personas, son el problema: Si su proceso está causando problemas, no importará cuántas veces contrate nuevos empleados o cuántas sesiones de capacitación les brinde. Corrija el proceso y luego capacite a su personal en estos nuevos procedimientos.
- No trate los síntomas, busque la cura: Si solo parchea los problemas subyacentes en el proceso, nunca podrá alcanzar su máximo potencial. Si, por ejemplo, su departamento de envío se está quedando rezagado, puede descubrir que se debe a retrasos en la fabricación. Vaya a la fuente para corregir el problema.
- Cada empleado es responsable de la calidad: Todos en la empresa, desde los trabajadores en la línea de producción hasta la alta dirección, deben darse cuenta de que tienen un papel importante en garantizar altos niveles de calidad en sus productos y servicios. Todos tienen un cliente al que deben deleitar y todos deben asumir la responsabilidad de ellos.
- La calidad debe ser medible: Un sistema de gestión de calidad solo es efectivo cuando se pueden cuantificar los resultados. Necesita ver cómo se implementa el proceso y si está teniendo el efecto deseado. Esto le ayudará a establecer sus metas para el futuro y asegurarse de que cada departamento esté trabajando hacia el mismo resultado.
- Las mejoras en la calidad deben ser continuas: La Gestión de Calidad Total no es algo que se pueda hacer una vez y luego olvidar. No es una “fase” de gestión que terminará después de que se haya corregido un problema. Las mejoras reales deben ocurrir con frecuencia y de manera continua para aumentar la satisfacción y lealtad del cliente.
- La calidad es una inversión a largo plazo: La gestión de calidad no es una solución rápida. Puede adquirir software de TQM que lo ayudará a comenzar, pero debe entender que los resultados reales no ocurrirán de inmediato. La TQM es una inversión a largo plazo y está diseñada para ayudarlo a encontrar el éxito a largo plazo.
Antes de comenzar a buscar cualquier tipo de software de gestión de calidad, es importante asegurarse de que sea capaz de implementar estos principios fundamentales en toda la empresa. Este tipo de estilo de gestión puede ser un gran cambio cultural en algunas empresas y a veces el cambio puede venir acompañado de algunas dificultades, pero si se basa en una base de principios de calidad, estará preparado para realizar este cambio y comenzar a trabajar hacia un éxito real a largo plazo.