La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que está revolucionando muchos aspectos de nuestras vidas. Desde asistentes virtuales hasta sistemas de recomendación, la IA está presente en numerosas aplicaciones que utilizamos a diario. Sin embargo, existe una preocupación creciente en la comunidad de expertos sobre los sesgos y la falta de diversidad en la IA.
En un artículo reciente de Harvard Business Review, se plantea la importancia de abordar dos riesgos tangibles en la IA: los sesgos perjudiciales incorporados en su núcleo y la falta de diversidad en los usuarios a los que sirve. Estos riesgos podrían llevar a la creación de una IA “armamentista”, que podría tener consecuencias negativas para la humanidad.
Uno de los principales problemas identificados es el sesgo de género en los asistentes virtuales. Por ejemplo, asistentes como Siri o Alexa, que tienen nombres, voces y personalidades femeninas por defecto, suelen ser percibidos como ayudantes pasivos en la vida de los usuarios. Por otro lado, asistentes como Watson o Einstein, que tienen nombres masculinos, son vistos como solucionadores de problemas complejos y capaces de abordar cuestiones globales. Para cambiar esta percepción, se propone que la IA sea “sin género”, eliminando cualquier referencia a género en su diseño y funcionamiento.
Otro aspecto importante es la falta de diversidad en los equipos que desarrollan la IA. Actualmente, la mayoría de los expertos en IA tienen títulos de doctorado y provienen de un trasfondo técnico. Sin embargo, para garantizar la sostenibilidad de la IA, es necesario ampliar el grupo de talento y diversificar los perfiles profesionales involucrados en su desarrollo. Esto incluye contratar a personas con formación en áreas como la creatividad, la escritura, la lingüística y la sociología. Además, se propone apoyar programas de formación que permitan a personas con diferentes niveles de educación acceder a la industria de la IA.
Por último, es fundamental realizar pruebas exhaustivas de los productos de IA antes de su lanzamiento. Los ingenieros de software y hardware deben asegurarse de que los productos no sean perjudiciales para las personas o empresas que los utilizarán en el mundo real. Aunque no siempre se pueden eliminar todos los sesgos, el compromiso de realizar pruebas rigurosas ayuda a reducir los riesgos potenciales.
En resumen, la eliminación de sesgos y la promoción de la diversidad en la IA son aspectos fundamentales para garantizar su desarrollo ético y sostenible. Al abordar estos desafíos, podemos aprovechar al máximo el potencial de la IA para mejorar nuestras vidas sin poner en peligro nuestra humanidad.