El Valor Real del Internet de las Cosas (IoT)

En los últimos años, se ha generado una gran expectativa en torno al Internet de las Cosas (IoT) y su potencial para transformar nuestras vidas cotidianas. En Internet encontramos numerosos artículos que elogian las virtudes del IoT, los analistas hablan sobre su exageración y los medios de comunicación buscan ejemplos de IoT en acción. Sin embargo, la realidad es que los casos de estudio reales sobre esta tecnología, que van más allá de los ahorros operativos, son escasos. Si el IoT quiere ir más allá de la exageración, los usuarios deben estar convencidos de su valor empresarial antes de que se pueda aprovechar todo su potencial.

Una de mis implementaciones favoritas del IoT se encuentra en Noruega, donde el sistema de trenes y metro de Oslo se enfrenta a diario a la presión de asegurarse de que aproximadamente 100 trenes estén listos para partir todas las mañanas a las 5 a.m. Cualquier retraso al comienzo del día puede tener un gran impacto en el funcionamiento del sistema de transporte durante el resto del día, con miles de personas que dependen de un servicio puntual y eficiente. El propietario de la red, Sporveien, ha invertido en IoT para asegurarse de que sus datos puedan advertirle sobre cualquier problema mecánico en sus trenes.

Anteriormente, si había un problema mecánico con el tren, el conductor recibía un mensaje de error que se informaba al centro de control de operaciones. El conductor luego debía dirigirse al taller y, al llegar, podía descubrir que la información recibida por el sistema central era incompleta y de poco valor para el mantenimiento y la reparación. Para solucionar esto, Sporveien ha adoptado una solución de IoT que le ayuda a realizar mantenimiento preventivo rutinario, momento en el cual el taller reemplaza una lista definida de piezas.

Por ejemplo, cada puerta corrediza del tren tiene una pequeña computadora que mide 15-20 parámetros diferentes y analiza los cambios a lo largo del tiempo al detectar el desgaste de diferentes piezas, como los cojinetes de las puertas. Como cada juego de puertas se abre y se cierra en diferentes momentos, dictados por los pasajeros, predecir cuándo se desgastaban los cojinetes en el pasado era realmente difícil. Sin embargo, ahora, cuando aumenta la resistencia, esto indica que los cojinetes se están desgastando y necesitan ser reemplazados. Los trenes luego envían datos al sistema de Wi-Fi que está configurado a lo largo de la ruta y pueden recibir regularmente datos sobre el estado de las puertas. El sistema ahora sabe exactamente cuándo se debe cambiar una pieza y envía una orden de trabajo al taller lista para ejecutar.

Otro gran ejemplo de IoT en la práctica es Jotun, un fabricante noruego de pinturas que ayuda a sus clientes a maximizar la inversión en su pintura a través de un sistema llamado Hull Performance Solutions. Esta solución coloca sensores en el casco de un barco para monitorear la resistencia del buque, identificar un rendimiento mejorado y predecir cuándo se necesita repintar un barco. La compañía tiene que analizar una gran cantidad de datos que hace una década eran casi imposibles, pero con la tecnología actual, se puede hacer de manera más eficiente. Como se cita en el sitio web de la compañía, “Se espera que una Solución de Rendimiento del Casco de Jotun ofrezca un ahorro del 8.5% en costos de combustible y emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con una alternativa promedio del mercado. El período de recuperación suele ser inferior a 1 año”.

Ambas compañías nos muestran el valor real del IoT en acción. Puede ser una de las tecnologías más exageradas de la década, pero realmente tiene el potencial de ofrecer más que ahorros en costos operativos y sus oportunidades son infinitas para aquellos que creen en sus posibilidades.

(Publicado por primera vez en The Manufacturer el 30 de octubre de 2015.)

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