La inteligencia artificial (IA) ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, y con ella han surgido preocupaciones sobre los posibles riesgos que podría representar para la humanidad. Un temor común es que las máquinas se vuelvan en nuestra contra, poniendo en peligro nuestra existencia misma. Sin embargo, para evitar o al menos gestionar este riesgo, es necesario poder cuantificarlo de manera precisa.
Existen diferentes tipos de riesgos existenciales, algunos de los cuales son más fáciles de estudiar y comprender, como los impactos de meteoritos, erupciones volcánicas masivas y el cambio climático. Sin embargo, otros riesgos son mucho más difíciles de rastrear, como aquellos relacionados con los avances tecnológicos que han permitido a nuestra especie tener efectos sin precedentes a nivel global.
Para comprender cómo podemos aprovechar los beneficios de la IA, la automatización, la biología sintética y las técnicas avanzadas de edición genética, sin poner en peligro nuestra existencia misma, es necesario encontrar una forma de comprender, comunicar y minimizar esos riesgos. Según Adrian, experto en el tema, una ciencia del riesgo existencial debe ser especulativa y creativa. Sin embargo, las estructuras de incentivos que rigen la ciencia actualmente desalientan este tipo de trabajo. Por lo tanto, es necesario replantear cómo se ve la ciencia y quizás el papel de los científicos en la sociedad.
Si te interesa explorar más sobre este tema, te invitamos a asistir a una conferencia que se llevará a cabo el 25 de abril en el Yorkshire Grey en Theobalds Road, Londres. Durante la conferencia, Adrian compartirá sus ideas y perspectivas sobre el riesgo existencial de la IA. Habrá tiempo para preguntas y se espera que sea una noche fascinante.
En resumen, es importante abordar los riesgos existenciales asociados con la IA y otras tecnologías avanzadas. Solo a través de una comprensión profunda y una gestión adecuada de estos riesgos podremos aprovechar al máximo los beneficios que estas tecnologías pueden ofrecer sin poner en peligro nuestra existencia misma.
¡Esperamos verte allí!
Crédito del artículo: The Register
