Los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) son herramientas que muchas empresas utilizan para gestionar diversos procesos de negocio dentro de la organización, como contabilidad, recursos humanos y compras, en un sistema integrado. Estos sistemas, si se implementan correctamente, ofrecen diversas características analíticas, como evaluación de rendimiento, informes y toma de decisiones, que permiten flexibilidad y eficiencia en los negocios.
Sin embargo, según Mark Gibbison, Director Global del Sector Público de la consultora Unit4, muchas organizaciones del sector público están desaprovechando el potencial de los ERP en el ámbito público. En un artículo para el blog de la compañía, Gibbison argumenta que si las capacidades digitales de las organizaciones del sector público quieren alcanzar las mismas posibilidades que las del sector privado, se necesitará un cambio estratégico a largo plazo.
Gibbison afirma: “Al no aprovechar la transformación digital y no adoptar aplicaciones empresariales ágiles, las organizaciones gubernamentales no pueden implementar procesos de trabajo sofisticados y sin problemas, ni sistemas centrados en las personas, de los que ya se benefician sus contrapartes corporativas. Pero aún no es demasiado tarde para el cambio”.
Además, Gibbison sostiene que muchas entidades gubernamentales citan “falta de estrategia general, desafíos con la agilidad organizativa y escasez de habilidades técnicas” como obstáculos para adoptar nuevas tecnologías operativas, pero en realidad, las herramientas ERP podrían ayudar a mejorar en estas áreas. “Hasta el 95% de las organizaciones gubernamentales desean aumentar su eficiencia, y la tecnología ERP puede ofrecer ganancias inmediatas en este aspecto”, explica. “Elegir una plataforma con una interfaz de usuario sencilla permitirá a los usuarios no técnicos realizar cambios, mientras que las funciones de informes claros permitirán una toma de decisiones más rápida y mejor informada”.
A pesar de los beneficios potenciales de los ERP y de que parecen ajustarse exactamente a lo que las instituciones del sector público ya reconocen como problemas, todavía existe una falta de urgencia en la llamada al cambio. Gibbison admite que quizás el obstáculo más significativo para la adopción es el costo.
En resumen, los sistemas ERP tienen un gran potencial para mejorar la eficiencia y la toma de decisiones en el sector público. Si las organizaciones gubernamentales aprovechan estas herramientas y realizan un cambio estratégico a largo plazo, podrán beneficiarse de procesos de trabajo más sofisticados y sistemas centrados en las personas, al igual que las empresas privadas.