En la actualidad, los datos están siendo comparados cada vez más con el petróleo. Mientras que la economía industrial era impulsada por el petróleo, la economía digital es impulsada por los datos. Sin embargo, existe una diferencia fundamental. Mientras que las reservas de petróleo natural pueden agotarse con el tiempo, los datos parecen crecer exponencialmente con cada año que pasa. Es cada vez más evidente que los líderes necesitan desarrollar capacidades en sus organizaciones para dar sentido a los datos y aprovechar su poder para mantenerse a la vanguardia en el mundo digital.
Tomemos, por ejemplo, la producción de medios de comunicación. Esta es una industria en la que producir un producto ganador puede ser simplemente una cuestión de pura suerte. Grandes directores, actores de primera línea y presupuestos de promoción elevados no garantizan el éxito. En esta industria, el éxito icónico de House Of Cards, producida por Netflix, resulta ser una revelación. Los productores utilizaron análisis de Big Data para predecir el éxito del programa. Analizando el historial del director, la popularidad del actor principal, Kevin Spacey (antes del movimiento #metoo) y la reacción del público a la versión británica del programa, Netflix tomó la decisión de adquirir los derechos del programa. Después de supuestamente gastar $100 millones para producir dos temporadas de 13 episodios de House Of Cards, necesitaba que medio millón de personas se suscribieran a una suscripción de $7.99 durante dos años para recuperar la inversión. Sin embargo, logró atraer a más de 17 millones de nuevos miembros. Este es un caso de estudio excepcional que demuestra cómo los líderes pueden obtener resultados que cambian el juego al aprovechar el poder de los datos y el análisis.
Antes de adentrarnos en las capacidades que los líderes deben adquirir para potenciar sus organizaciones al dar sentido a los datos, sería útil comprender los dos principales factores que impulsan el crecimiento exponencial de los datos: el Internet de las personas y el Internet de las cosas (IoT). Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el 51% de la población mundial estaba conectada a Internet en junio de 2017. Esto equivale aproximadamente a 3.700 millones de personas conectadas entre sí y al mundo digital que nos rodea. Gracias a la amplia disponibilidad de banda ancha y teléfonos inteligentes, cada persona conectada a Internet se ha convertido en un productor de contenido. Cada minuto del día, los seres humanos conectados a Internet generan una asombrosa cantidad de 2,5 quintillones de bytes de datos. Además, cada año, la cantidad de contenido generado por los usuarios de Internet se duplica. Mientras que actualmente hay alrededor de siete mil millones de personas en el planeta, se estima que el número de dispositivos conectados es de aproximadamente 21 mil millones, superando a los seres humanos en un factor de 3. En consecuencia, el IoT, que se refiere a la vasta red de dispositivos conectados a Internet, como teléfonos inteligentes, tabletas y casi cualquier cosa con un sensor, como automóviles, motores de aviones, dispositivos portátiles y más, está resultando ser un impulsor aún mayor en la explosión de datos.
En una era de digitalización ilimitada, los líderes deben ser expertos en “dar sentido”. En pocas palabras, es el arte y la ciencia de dar sentido a la complejidad, obtener ideas y tener la capacidad de tomar decisiones frente a la ambigüedad. Dar sentido permite a los líderes colocar estímulos basados en datos en marcos que les permiten comprender situaciones complejas, identificar patrones en estas situaciones y predecir resultados.
En resumen, los datos son el nuevo petróleo en la economía digital. Los líderes deben reconocer su valor y desarrollar las habilidades necesarias para aprovechar su poder. Aquellos que sean capaces de dar sentido a los datos y utilizarlos de manera efectiva estarán en una posición ventajosa en el mundo digital en constante evolución.