Como dijo Benjamin Disraeli, primer ministro del Reino Unido de 1874 a 1880, “Hay mentiras, malditas mentiras y estadísticas”, y eso es lo que mucha gente y empresas todavía piensan. Pero si avanzamos rápidamente hasta 2017, vemos lo contrario: las empresas y los gobiernos ven los datos grandes y el análisis como la fuente de verdad más confiable y un elemento vital en casi todo lo que hacemos.
De hecho, el término big data, que se utilizó por primera vez en los años 90, ha visto cómo los conjuntos de datos han crecido desde megabytes (MB) hasta petabytes (PB). 1024 Megabytes = 1 Gigabyte (típicamente las DIMMs de DRAM tienen un máximo de 32GB y los SSD de 500GB) 1024 Gigabytes = 1 Terabyte (típicamente los discos duros tienen un máximo de 8TB) 1024 Terabytes = 1 Petabyte (actualmente los conjuntos de datos individuales más grandes) 1024 Petabytes = 1 Exabyte 1024 Exabytes = 1 Zettabyte 1024 Zettabytes = 1 Yottabyte 1024 Yottabytes = 1 Brontobyte (y después de eso, Geopbyte). Las tasas de crecimiento típicas de los datos de 20% a 50% anual se atribuyen a nuevas fuentes de datos, como el tráfico web, los datos de sensores de IoT, la ubicación y los datos de llamadas telefónicas. Los almacenes de datos de exabytes pronto serán la norma.
Y ya no se trata solo de datos de una sola fuente, se trata de los vastos lagos de datos o almacenes creados cuando se mezclan sus datos con otros datos relevantes de las redes sociales, las finanzas, el gobierno, los servicios públicos, las compañías de telecomunicaciones, las nubes de marketing, incluso el Wi-Fi público gratuito, las cámaras de la calle y los inicios de sesión en dispositivos móviles y computadoras. Como lo expresa Gartner, una empresa de investigación y asesoramiento, “Big Data representa activos de información caracterizados por un V olumen, V elocidad y V ariedad tan altos que requieren tecnología y métodos analíticos específicos para su transformación en V alor”. Y se ha agregado una quinta “V” para V eracidad: debe ser verdadero para tener Valor.
El big data está revolucionando la forma en que vivimos y trabajamos. Nos permite tomar decisiones más informadas, identificar patrones y tendencias, y mejorar la eficiencia en todos los aspectos de nuestras vidas. Desde la medicina y la investigación científica hasta el marketing y la logística, el big data está impulsando avances significativos en todos los campos.
Además, el big data también plantea desafíos y preocupaciones. La privacidad y la seguridad de los datos son temas críticos que deben abordarse de manera adecuada. Las empresas y los gobiernos deben garantizar que los datos se utilicen de manera ética y responsable, protegiendo la información personal y evitando el abuso o la discriminación.
En resumen, el big data es una herramienta poderosa que está transformando el mundo en el que vivimos. Nos brinda información valiosa y nos permite tomar decisiones más inteligentes. Sin embargo, también debemos ser conscientes de los desafíos y responsabilidades que conlleva. Al aprovechar el poder del big data de manera ética y responsable, podemos aprovechar al máximo su potencial y construir un futuro mejor.
