El papel de la inteligencia artificial en la terapia emocional

Recientemente, he tenido la oportunidad de ver un programa de televisión que me ha hecho reflexionar sobre el papel de la inteligencia artificial en la terapia emocional. El programa, titulado “El Robot te Verá Ahora”, presentaba a un robot llamado Jess que se dedicaba a escuchar y aconsejar a personas con problemas emocionales y de relación.

Aunque el programa era un tanto deficiente en términos técnicos, transmitía una verdad fundamental: los robots como Jess pueden imitar nuestras palabras, pero no pueden darles un significado real. Jess, al igual que su predecesor ELIZA, funciona como un espejo en el que los pacientes se reflejan a sí mismos y encuentran soluciones a sus problemas.

ELIZA, desarrollado en 1964 por Joseph Weizenbaum en el MIT, fue uno de los primeros programas de inteligencia artificial en lenguaje natural. Aunque no comprendía el significado de las palabras, imitaba a un psiquiatra al reformular las preguntas de los usuarios y hacer preguntas aparentemente inteligentes. Jess, por su parte, utiliza un lenguaje más actualizado, pero sigue la misma premisa.

La clave del éxito de Jess y ELIZA radica en su capacidad para brindar a los pacientes un espacio neutral en el que pueden desahogarse sin temor a ser juzgados. Estos robots terapeutas actúan como espejos emocionales, permitiendo a las personas reflexionar sobre sus problemas y encontrar sus propias soluciones.

Es importante destacar que la interacción con Jess se centra más en las emociones que en la inteligencia artificial en sí. Esto pone de manifiesto la trampa en la que la IA se está metiendo actualmente. A menudo confundimos las emociones con los sentimientos: las emociones son señales químicas y neurales generadas en nuestro sistema límbico, mientras que los sentimientos son nuestra experiencia consciente de los efectos de estas señales en nuestro cuerpo.

La inteligencia artificial tiene un gran potencial en muchos campos, pero es importante recordar que no puede reemplazar la empatía y la comprensión humana. Los robots como Jess pueden ser útiles como herramientas complementarias en la terapia emocional, pero no pueden sustituir la conexión humana y el apoyo emocional que brindan nuestros amigos y familiares.

En resumen, la inteligencia artificial puede desempeñar un papel importante en la terapia emocional al proporcionar un espacio seguro y neutral para que las personas reflexionen sobre sus problemas. Sin embargo, es fundamental recordar que la verdadera curación y el apoyo emocional provienen de las relaciones humanas. Los robots pueden ser aliados, pero nunca podrán reemplazar la empatía y el amor que solo los seres humanos pueden brindar.

Fuente del artículo: IT Pro

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