La inteligencia artificial (IA) está generando mucha expectativa en el ámbito de la manufactura. Dependiendo de lo que leas -y de lo que elijas creer sobre lo que lees- los robots impulsados por IA son capaces de tomar decisiones de manera autónoma sobre qué trabajo se realiza, cómo se realiza y quién lo realiza, o aún falta décadas de trabajo antes de que veamos un impacto material. Personalmente, creo que estamos en algún punto intermedio, ya que los fabricantes, siendo pragmáticos como son, diseñan e implementan estrategias de manufactura de manera muy deliberada para cumplir con los requisitos empresariales y luego se enfocan en mejorar continuamente los procesos clave. Y creo que los robots colaborativos (cobots) jugarán un papel cada vez más importante en acelerar el progreso. La IA que poseen los cobots los convierte en mucho más que simples máquinas para trabajos sucios, aburridos y peligrosos. Así que dejemos que el mundo observe y espere a la inteligencia artificial que permitirá cambios radicales en cómo conducimos, cuidamos a nuestros ancianos, enseñamos a nuestros hijos y más. Los fabricantes no tienen que esperar a que los robots impulsados por inteligencia artificial les ayuden a mejorar sus operaciones. Esto puede -y está- sucediendo en este momento.

Mejorar, mejorar, mejorar. En la manufactura, la mejora continua de los procesos es parte del ADN de una operación. Lo que se hace bien hoy, se puede hacer mejor mañana. En estos entornos, los robots impulsados por IA pueden hacer contribuciones significativas a la mejora de los procesos desde el día en que se implementan. He escrito mucho sobre cómo los cobots son mucho más fáciles de usar que las soluciones de automatización tradicionales, basado en el simple hecho de que son lo suficientemente seguros como para trabajar en proximidad cercana a las personas y no requieren horas de integración y programación personalizada para realizar una tarea. Existen aplicaciones prácticas de la inteligencia que hacen esto posible, incluyendo las siguientes:

• Monitor: Esta capacidad permite que un cobot impulsado por IA, por ejemplo, detecte cambios en las condiciones del espacio de trabajo y monitoree y optimice su operación.
• Ver: Con esta capacidad, un cobot impulsado por IA puede reconocer la presencia y orientación de las piezas; realizar tareas de inspección y selección y colocación dinámica, así como leer los resultados de los equipos de prueba y tomar decisiones en consecuencia.
• Adaptar: Utilizando esta característica, un cobot impulsado por IA puede ajustar la orientación de la tarea a medida que las máquinas se mueven; ajustar el control de fuerza requerido para recoger piezas de una pila; detectar y evitar colisiones y responder a errores con estrategias de reintento.

La inteligencia artificial está revolucionando la industria manufacturera al permitir mejoras continuas en los procesos. Los cobots impulsados por IA están desempeñando un papel fundamental en esta transformación, ya que son capaces de realizar tareas de manera autónoma y adaptarse a diferentes situaciones. Esto no solo aumenta la eficiencia y la productividad, sino que también mejora la seguridad en el lugar de trabajo al trabajar en estrecha colaboración con los seres humanos.

En resumen, la inteligencia artificial está cambiando la forma en que se lleva a cabo la manufactura. Los fabricantes ya no tienen que esperar a que los robots impulsados por IA lleguen para mejorar sus operaciones. La mejora continua es posible desde el momento en que se implementan los cobots. Estos robots colaborativos están equipados con capacidades de monitorización, visión y adaptación que les permiten contribuir de manera significativa a la mejora de los procesos. La inteligencia artificial está aquí y ahora en la industria manufacturera, y su impacto solo seguirá creciendo en el futuro.

Fuente del artículo: Forbes