En los últimos años, hemos sido testigos de un avance tecnológico sin precedentes en el campo del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Esta revolución ha llevado a la creación de dispositivos inteligentes que están conectados entre sí y que pueden comunicarse para mejorar nuestra calidad de vida. Un ejemplo destacado de esta tendencia es el despliegue masivo de sensores inteligentes en la ciudad de San Diego, California.
En asociación con General Electric, la ciudad de San Diego está instalando más de 3,200 sensores inteligentes en sus farolas. Estos sensores permitirán reducir el consumo de energía, monitorear la calidad del aire e incluso señalar espacios de estacionamiento disponibles. La clave de estos sensores radica en las antenas diseñadas y fabricadas por la empresa Taoglas, con sede en Wexford, Irlanda.
Taoglas, reconocida como los “reyes irlandeses del IoT”, es líder mundial en el campo del Internet de las Cosas. Aunque muchos en Irlanda no estén familiarizados con la empresa, Taoglas ha estado revolucionando las aplicaciones de máquina a máquina (M2M) con sus antenas utilizadas en redes inteligentes, automatización del hogar y tecnología médica.
El centro de IoT de Taoglas en San Diego es el primero de su tipo en América del Norte. Este centro brinda a los creadores de productos de algunas de las marcas tecnológicas y automotrices más grandes la oportunidad de diseñar y crear productos de IoT y M2M de manera cómoda y eficiente.
Desde su fundación en 2004, Taoglas ha experimentado un crecimiento significativo y emplea a más de 130 personas en todo el mundo. Aunque es considerada una empresa “modesta”, Taoglas genera una facturación anual de alrededor de €32 millones y reinvierte sus ganancias en la compañía para seguir expandiéndose.
El caso de Taoglas es solo un ejemplo del crecimiento exponencial del mercado de las ciudades inteligentes a nivel mundial. Según un estudio de Markets and Markets, se espera que el tamaño de este mercado se cuadruplique en los próximos cinco años y alcance un valor de más de $1.2 mil millones para el año 2022.
Este crecimiento se debe a la creciente demanda de conectividad, telecomunicaciones rápidas y servicios ciudadanos inteligentes que respondan a las necesidades de una población en constante aumento y una urbanización acelerada.
El Internet de las Cosas está transformando la forma en que interactuamos con nuestro entorno. Desde la gestión eficiente de la energía hasta la mejora de la calidad de vida en las ciudades, esta tecnología promete un futuro más inteligente y sostenible para todos.
Fuente del artículo: Silicon Republic
