El Internet de las Cosas: Más que solo dispositivos

Cuando hablamos del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), es importante recordar que la parte “internet” es tan crítica como la parte “cosas”. Esto puede sonar críptico, pero puede tener implicaciones dramáticas en el mundo real, como se demostró con el fracaso de Emberlight, una empresa que en su momento fue muy popular en Kickstarter.

En 2014, Emberlight recaudó $300,000 para financiar el desarrollo de su enchufe inteligente diseñado para funcionar con bombillas comunes. Sin embargo, el 16 de noviembre, Emberlight notificó a sus clientes que iba a cerrar debido a la competencia de empresas más grandes y a imitadores que vendían dispositivos similares a una cuarta parte del precio. ¿Triste, pero no es gran cosa, verdad? Los compradores de casas inteligentes simplemente tendrán que obtener sus enchufes inteligentes de otra persona.

Pero la situación es mucho peor de lo que parece. Resulta que la arquitectura tecnológica de los dispositivos Emberlight requería una llamada al servicio en la nube de la empresa para enviar comandos para encender o apagar las luces. Sin Emberlight, no habrá más servicio en la nube, por lo que dentro de tres o cuatro meses, cuando Emberlight cierre su servicio, esas luces se quedarán apagadas. (Debo decir que esto parece una forma terrible de diseñar el proceso. Quiero decir, incluso cuando la empresa aún estaba en funcionamiento, si se perdía la conexión a internet, ¿cómo se suponía que debías encender la luz para averiguar cómo reiniciar tu enrutador? Y Emberlight no es la primera empresa en seguir este camino. El año pasado, el fabricante de centros de hogar inteligentes Revolv apagó su servicio en la nube cuando fue adquirido por Nest, de Google).

Bueno, ahora ha vuelto a suceder. Esos dispositivos Emberlight que compraste, ahora son pedazos inútiles de chatarra. Claro, Emberlight era una pequeña empresa que se dirigía a consumidores con productos de $50-$60 fácilmente reemplazables y que probablemente no tienen casos de uso de vida o muerte. (Después de todo, esa es la razón por la que la empresa cerró, ¿recuerdas?) Pero hay un mensaje mucho más grande enterrado, no muy profundamente, en esta historia. En pocas palabras, al comprar dispositivos IoT, no estás comprando solo un dispositivo, estás comprando un ecosistema de dispositivos, datos, servicios, análisis y software. Si alguno de estos elementos no está disponible, todo el edificio se derrumba.

Obviamente, los dispositivos IoT son inútiles sin internet. Pero también necesitas los datos, los análisis, los servicios y todo lo demás.

En resumen, el Internet de las Cosas es mucho más que solo dispositivos. Es un conjunto interconectado de elementos que trabajan juntos para brindar una experiencia completa. Es importante tener en cuenta esto al invertir en dispositivos IoT y elegir proveedores confiables que ofrezcan un ecosistema sólido y duradero.

Fuente del artículo: Network World

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