Hasta hace poco, solo dispositivos como computadoras, tabletas y teléfonos podían conectarse a Internet. Pero ahora hay aproximadamente 8 mil millones de máquinas “conscientes de la red” en todo el mundo que están habilitadas para Internet y pueden comunicarse e interactuar con otras máquinas, creando el Internet de las Cosas (IoT). Y esta cifra podría aumentar a más de 50 mil millones de dispositivos conectados en los próximos cinco años. Por lo tanto, no hay duda de que el Internet de las Cosas (IoT) está listo para cambiar sustancialmente nuestra vida cotidiana.
Aunque esta tendencia aún está en su infancia relativa, el progreso en el aumento de la conectividad a Internet ha sido notable. Consideremos el desarrollo y los avances en la conectividad de redes móviles, el aumento de los puntos de acceso wi-fi ubicuos y la mayor capacidad de las fibras ópticas. Si combinamos estos avances con mejoras en el rendimiento de las baterías pequeñas y la economía detrás de los sensores pequeños, el potencial asombroso del IoT se puede realizar. Ya estamos viendo aplicaciones en uso, desde seguros de automóviles (dispositivos que monitorean el comportamiento de conducción) hasta “estacionamiento inteligente” en Milton Keynes (sensores que muestran espacios ocupados/libres); desde la recolección de basura (¿está el contenedor lleno o vacío?) hasta posibles usos en la eficiencia del consumo de agua, detectando fácilmente fugas. Y en los centros de la ciudad y centros comerciales, ya tenemos servicios basados en la ubicación de moda y comida, ofertas relevantes para ti mientras deambulas (nosotros como individuos optamos por esto).
Pero, ¿cómo puede funcionar para los servicios financieros? Algunos expertos bancarios ya hablan sobre cómo el proceso hipotecario podría mejorar radicalmente utilizando IoT y análisis avanzado de datos. Tomemos eso como ejemplo. Hablamos de servicios basados en la ubicación en el sector minorista, estos podrían aplicarse igualmente a los bancos, por ejemplo, utilizando sensores para monitorear la actividad de la sucursal. Los sensores en la sucursal podrían detectar que la sucursal está relativamente tranquila y conectarse con servicios basados en la ubicación. Reconocer que tú, como cliente interesado en una hipoteca, estás en el área, les permitiría contactarte para preguntarte si te gustaría hablar con un asesor hipotecario ahora. Y esa reunión podría tener lugar con un asesor en la sucursal o a través de un video bidireccional de alta calidad.
El Internet de las Cosas (IoT) tiene el potencial de revolucionar muchos aspectos de nuestras vidas, desde la forma en que interactuamos con los dispositivos hasta cómo se brindan los servicios financieros. A medida que más y más dispositivos se conectan a Internet, las posibilidades son infinitas. Sin embargo, también es importante considerar los desafíos de seguridad y privacidad que surgen con esta creciente interconectividad. A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más conectado, es fundamental encontrar un equilibrio entre la conveniencia y la protección de nuestros datos personales.
En resumen, el Internet de las Cosas (IoT) está cambiando rápidamente la forma en que vivimos y trabajamos. Desde la automatización del hogar hasta la mejora de los servicios financieros, esta tecnología está transformando nuestra sociedad. A medida que nos adentramos en esta nueva era de conectividad, es emocionante pensar en las infinitas posibilidades que el IoT nos ofrece.


