El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es una tendencia tecnológica que está cambiando la forma en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Aunque muchas veces asociamos el IoT con hogares conectados, automóviles inteligentes y cámaras de seguridad, su alcance va mucho más allá y sus proyecciones de crecimiento son impresionantes.
Algunos datos recientes sobre el IoT que captaron mi atención son:
- Se espera que el mercado global del IoT crezca de 249 mil millones de dólares en 2018 a 457 mil millones de dólares en 2020.
- Se invertirán 6 billones de dólares en soluciones de IoT en los próximos cinco años.
- En 2020, el 90% de los vehículos estarán conectados a Internet.
- En 2020, se utilizarán 173.47 millones de dispositivos portátiles.
- En 2020, las ciudades inteligentes representarán el 26% del IoT.
- En 2020, el IoT industrial representará el 24% del IoT.
- En 2020, la salud conectada representará el 20% del IoT.
- En 2020, los hogares inteligentes representarán el 14% del IoT.
Estos datos nos llevan a reflexionar sobre cómo vamos a gestionar y asegurar todos estos dispositivos. Ya hemos tenido problemas al pasar de los mainframes a los servidores cliente-servidor, los portátiles conectados y los teléfonos inteligentes. Simplemente hemos movido demasiados datos demasiado rápido a dispositivos no seguros. Un ejemplo de esto es la violación de datos de la Oficina de Administración de Personal de Estados Unidos (OPM, por sus siglas en inglés). El mismo gobierno que quería apresurarse y poner todos los datos médicos en línea no pudo proteger sus autorizaciones más valiosas de su personal de más alto nivel, incluidos los oficiales militares y el director del FBI.
Me gusta explicarlo de la siguiente manera: los sistemas informáticos de los años 70 eran como un castillo con una única puerta de entrada y salida. Luego llegó el cliente-servidor, y fue como un complejo de apartamentos con cientos de puertas de entrada y salida de la empresa. Ahora estamos a punto de experimentar un tsunami, una ola de 100 pies de altura de dispositivos IoT en todos los sectores.
A pesar de las grandes oportunidades que ofrece el IoT, todavía existen preocupaciones sobre la seguridad. Según una encuesta, el 45% de los compradores de dispositivos IoT consideran que la seguridad sigue siendo una barrera significativa. Además, el 93% de los ejecutivos estarían dispuestos a pagar más por dispositivos con mejor seguridad.
Recientemente, Brian Krebs de Krebs on Security señaló a Xiongmai como la empresa tecnológica que está causando más daño en la web. Xiongmai es un fabricante chino de piezas electrónicas que alimentan grabadoras de video digitales baratas y cámaras de seguridad IoT. Estos dispositivos baratos tienen contraseñas predeterminadas débiles y otras configuraciones de seguridad deficientes. Los dispositivos IoT no son fáciles de configurar, por lo que la mayoría de los consumidores simplemente los enchufan y los usan.
En conclusión, el Internet de las Cosas está transformando la forma en que vivimos y trabajamos. Sin embargo, es importante que estemos preparados para los desafíos que conlleva. La seguridad de los dispositivos IoT debe ser una prioridad tanto para los fabricantes como para los usuarios. Solo así podremos aprovechar al máximo las ventajas que nos ofrece esta revolución tecnológica.
Fuente del artículo: CSO