En plena Cuarta Revolución Industrial (Industria 4.0), los avances tecnológicos han traído al mercado nuevas formas más inteligentes, seguras y eficientes de planificar, construir y operar activos. Uno de estos avances tecnológicos es el Internet de las cosas (IoT), que ha estado presente durante casi dos décadas. Aunque la definición ha ido evolucionando con el tiempo, fundamentalmente se refiere a una red de objetos que generan datos con el fin de hacer que esos datos estén disponibles y conectados para obtener información que permita mejorar la funcionalidad, el conocimiento y la conectividad.
Aunque las amenazas de ciberataques y las preocupaciones sobre la privacidad hacen que el IoT sea una propuesta potencialmente aterradora, la sociedad ya está llena de objetos conectados a Internet: teléfonos móviles, relojes inteligentes, sistemas de seguridad remotos, iluminación en nuestros hogares e incluso monitores de bebés. Esto demuestra que el IoT está aquí para quedarse. Pero en su mayoría, estos objetos están destinados al uso del consumidor. ¿Qué significa el IoT para las industrias de la construcción, las instalaciones y la gestión de activos?
La promesa del IoT
Existe un dilema inherente asociado a los dispositivos IoT en la industria de la construcción y la propiedad. Los fabricantes avanzan en la provisión de dispositivos conectados, hasta el punto en que en algunos casos ya no hay una alternativa sin conexión disponible. Se promocionan los dispositivos conectados como algo que ofrece grandes beneficios para las empresas en las industrias de la construcción y la propiedad, pero ¿se pueden cuantificar los beneficios declarados, como la advertencia temprana, el monitoreo remoto y la recopilación continua de datos, dentro de una organización hasta el punto de justificar un cambio o una inversión?
Edificios y activos inteligentes
Un edificio con dispositivos conectados puede convertirse en un “edificio inteligente”. La conectividad de un dispositivo podría proporcionar una notificación inmediata a los gerentes si los activos, sistemas o elementos del edificio no son adecuados para su propósito. Los sistemas y activos críticos podrían estar conectados a Internet, y si no están funcionando correctamente o están desconectados, se podrían enviar notificaciones a las partes interesadas y contratistas relevantes, lo que llevaría a solicitar órdenes de trabajo más inmediatas para minimizar las interrupciones y optimizar el gasto operativo.
En resumen, el IoT tiene el potencial de revolucionar la industria de la construcción y la propiedad al proporcionar beneficios como la detección temprana de problemas, el monitoreo remoto y la recopilación continua de datos. Sin embargo, es importante evaluar cuidadosamente los beneficios declarados y determinar si justifican un cambio o una inversión en una organización específica. A medida que el IoT continúa evolucionando, es probable que veamos más aplicaciones y casos de uso en la industria de la construcción y la propiedad, lo que nos llevará a un futuro más inteligente y eficiente.
Fuente del artículo: Create Digital