La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en que se lleva a cabo la vigilancia. Anteriormente, las cámaras de seguridad eran consideradas como simples ojos digitales, observándonos o cuidándonos, dependiendo de la perspectiva. Sin embargo, en realidad, son más como ventanas: útiles solo cuando alguien las está mirando. A veces, esto implica que una persona esté observando en tiempo real múltiples transmisiones de video. La mayoría de las cámaras de vigilancia son pasivas, están ahí como disuasión o para proporcionar pruebas en caso de algún incidente. ¿Te robaron el auto? Revisa las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Pero esto está cambiando rápidamente. La inteligencia artificial está dotando a las cámaras de vigilancia de cerebros digitales que les permiten analizar videos en tiempo real sin necesidad de intervención humana. Esto podría ser una buena noticia para la seguridad pública, ya que ayudaría a la policía y a los servicios de emergencia a detectar más fácilmente delitos y accidentes, y tendría una amplia gama de aplicaciones científicas e industriales. Sin embargo, también plantea serias preguntas sobre el futuro de la privacidad y presenta nuevos riesgos para la justicia social.
¿Qué sucede cuando los gobiernos pueden rastrear a un gran número de personas utilizando cámaras de seguridad? ¿Cuando la policía puede seguirte digitalmente por toda una ciudad simplemente subiendo tu foto a una base de datos? ¿O cuando un algoritmo sesgado está funcionando en las cámaras de tu centro comercial, alertando a la policía porque no le gusta la apariencia de un grupo de adolescentes en particular? Estos escenarios aún están lejos de ser una realidad, pero ya estamos viendo los primeros resultados de la combinación de inteligencia artificial y vigilancia.
Un ejemplo de esto es IC Realtime. Su producto estrella, presentado en diciembre pasado, fue anunciado como el “Google de las cámaras de seguridad”. Se trata de una aplicación y plataforma web llamada Ella, que utiliza IA para analizar lo que sucede en las transmisiones de video y hacerlas instantáneamente buscables. Ella puede reconocer cientos de miles de consultas en lenguaje natural, lo que permite a los usuarios buscar grabaciones que muestren animales específicos, personas vistiendo ropa de un determinado color, e incluso marcas y modelos de automóviles individuales.
En una demostración en línea, el CEO de IC Realtime, Matt Sailor, mostró a The Verge una versión de Ella conectada a alrededor de 40 cámaras de vigilancia en un parque industrial. Escribió varias búsquedas: “un hombre vistiendo rojo”, “furgonetas de UPS”, “coches de policía”, todas las cuales mostraron grabaciones relevantes en cuestión de segundos. Luego, estrechó los resultados por período de tiempo y ubicación, y señaló cómo los usuarios pueden dar pulgares arriba o pulgares abajo a los clips para mejorar los resultados, al igual que en Netflix.
La combinación de inteligencia artificial y vigilancia plantea tanto beneficios como desafíos. Por un lado, podría mejorar la seguridad pública y facilitar la búsqueda de pruebas en caso de delitos o accidentes. Por otro lado, plantea preocupaciones sobre la privacidad y la posibilidad de discriminación al utilizar algoritmos sesgados. Es importante que se establezcan regulaciones y salvaguardias adecuadas para garantizar que la inteligencia artificial se utilice de manera ética y justa en el ámbito de la vigilancia.
En resumen, la inteligencia artificial está transformando la vigilancia al dotar a las cámaras de seguridad de capacidades de análisis de video sin intervención humana. Si bien esto puede tener beneficios en términos de seguridad pública, también plantea desafíos en cuanto a la privacidad y la justicia social. Es fundamental que se aborden estas preocupaciones a medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más tecnológico.