La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que está cada vez más presente en nuestras vidas. Aunque muchas personas aún la asocian con distopías de ciencia ficción, esta percepción está cambiando a medida que la IA se desarrolla y se vuelve más común en nuestro día a día. Hoy en día, la inteligencia artificial es un nombre familiar e incluso puede ser una presencia en nuestros hogares, como por ejemplo, Alexa.
Aunque la aceptación de la inteligencia artificial en la sociedad actual es un fenómeno reciente, no es un concepto nuevo. El campo moderno de la inteligencia artificial se estableció en 1956, pero se necesitaron décadas de trabajo para lograr avances significativos en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial y convertirlos en una realidad tecnológica.
En lugar de reemplazar la inteligencia y la creatividad humana, la inteligencia artificial se ve generalmente como una herramienta de apoyo. Aunque actualmente la inteligencia artificial tiene dificultades para completar tareas cotidianas en el mundo real, es experta en procesar y analizar grandes cantidades de datos mucho más rápido que un cerebro humano. El software de inteligencia artificial puede luego ofrecer cursos de acción sintetizados y presentarlos al usuario humano. De esta manera, los humanos pueden utilizar la inteligencia artificial para ayudar a prever las posibles consecuencias de cada acción y agilizar el proceso de toma de decisiones.
“La inteligencia artificial es como la segunda venida del software”, dijo Amir Husain, fundador y CEO de la empresa de aprendizaje automático SparkCognition. “Es una forma de software que toma decisiones por sí mismo, que puede actuar incluso en situaciones no previstas por los programadores. La inteligencia artificial tiene una mayor capacidad de toma de decisiones en comparación con el software tradicional”.
Estas características hacen que la inteligencia artificial sea altamente valiosa en muchas industrias, ya sea simplemente ayudando a los visitantes y al personal a moverse de manera eficiente por un campus corporativo o realizando tareas tan complejas como monitorear una turbina eólica para predecir cuándo necesitará reparaciones.
El aprendizaje automático se utiliza a menudo en sistemas que capturan grandes cantidades de datos. Por ejemplo, los sistemas de gestión de energía inteligente recopilan datos de sensores colocados en diversos activos. Los algoritmos de aprendizaje automático contextualizan estos datos y los entregan a los tomadores de decisiones humanos para comprender mejor el uso de energía y las demandas de mantenimiento.
La inteligencia artificial también es un aliado indispensable cuando se trata de buscar vulnerabilidades en las defensas de las redes informáticas. “Realmente no se puede tener suficientes expertos en ciberseguridad para abordar estos problemas, debido a la escala y la creciente complejidad”, dijo Husain. “La inteligencia artificial también está desempeñando un papel cada vez más importante aquí”.
La inteligencia artificial también está cambiando los sistemas de gestión de relaciones con los clientes (CRM). Software como Salesforce o Zoho requiere una intervención humana considerable para mantenerse actualizado y preciso. Pero cuando se aplica la inteligencia artificial a estas plataformas, un sistema CRM normal se transforma en un sistema de autoactualización y autocorrección que se encarga de la gestión de relaciones por ti.
En resumen, la inteligencia artificial está teniendo un impacto significativo en nuestra vida cotidiana. Aunque aún hay desafíos por superar, esta tecnología está demostrando ser una herramienta valiosa en diversos campos, desde la gestión de energía hasta la ciberseguridad y la gestión de relaciones con los clientes. A medida que la inteligencia artificial continúa desarrollándose, es probable que su presencia en nuestras vidas siga creciendo y transformando la forma en que interactuamos con la tecnología.