La inteligencia artificial (IA) ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, y su potencial para provocar una crisis geopolítica internacional es una preocupación real. Así lo advierte Mikko Hypponen, director de investigación de seguridad de F-Secure, una reconocida empresa de ciberseguridad.
En una entrevista con Computer Weekly, Hypponen señala que aunque la verdadera IA aún está lejos de ser una realidad, especialmente en el ámbito de la ciberseguridad donde se limita principalmente al aprendizaje automático para el modelado de amenazas, el peligro potencial debe ser considerado desde hoy. Según Hypponen, la generación de una inteligencia artificial superhumana podría convertirse en un catalizador para una crisis internacional, aumentando la probabilidad de conflictos.
Hypponen plantea un escenario en el que un gobierno o incluso una corporación anuncia que lanzará una IA superhumana en el próximo mes. Ante esto, ¿cómo reaccionarían los demás? Según Hypponen, se vería el fin del juego, ya que aquellos que posean esta tecnología tendrían una ventaja abrumadora en todos los aspectos, desde competencias tecnológicas hasta desarrollos militares. Esto podría llevar a una carrera por obtener o destruir dicha tecnología a cualquier costo.
La idea de que la IA pueda informar el desarrollo de armas cibernéticas autónomas no es nueva y ha sido planteada por otros investigadores de amenazas. Es importante que los responsables de la seguridad cibernética comiencen a prepararse para ataques autónomos, autoconscientes y adaptativos, aunque aún no sean una realidad.
En este sentido, Hypponen destaca que, hasta el momento, las amenazas cibernéticas provenientes de la IA son extremadamente limitadas en su alcance. Aunque empresas como F-Secure utilizan el aprendizaje automático para la defensa, los atacantes aún no lo han utilizado para la ofensiva.
En conclusión, la IA tiene el potencial de revolucionar la seguridad internacional, pero también plantea desafíos y riesgos significativos. Es fundamental que los gobiernos y las organizaciones estén preparados para enfrentar estos desafíos y establecer políticas que regulen el uso de la IA en el ámbito de la seguridad. La cooperación internacional y el diálogo son clave para garantizar un uso responsable y seguro de esta tecnología en beneficio de la sociedad.