La inteligencia artificial (IA) y las máquinas superinteligentes son temas que han generado un intenso debate en la sociedad. Desde la década de 1940, cuando el científico de la computación Alan Turing planteó la posibilidad de que las máquinas tuvieran un impacto ilimitado en la humanidad a través de un proceso que imitara la evolución, se ha cuestionado si la IA es lo mejor o lo peor que podría suceder.
El libro superventas del profesor de la Universidad de Oxford, Nick Bostrom, “Superinteligencia: Caminos, Peligros, Estrategias”, publicado por primera vez en 2014, generó un gran revuelo en este debate al centrarse en todos los posibles problemas que podrían surgir. Sin embargo, en una reciente conversación con Bostrom, también reconoció que la tecnología de inteligencia artificial tiene un enorme potencial positivo.
Desde la publicación del libro de Bostrom en 2014, ha habido un rápido avance en la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y profundo. La inteligencia artificial se encuentra en el discurso público y la mayoría de los gobiernos tienen alguna estrategia o plan para abordarla. Bostrom comparó la IA con niños jugando con una bomba que podría explotar en cualquier momento. Explicó: “Existe una discrepancia entre nuestro nivel de madurez en términos de sabiduría, nuestra capacidad para cooperar como especie, y por otro lado, nuestra capacidad instrumental para utilizar la tecnología y generar grandes cambios en el mundo. Parece que nos hemos vuelto más fuertes más rápido de lo que hemos crecido en sabiduría”.
Existen todo tipo de herramientas y aplicaciones emocionantes de IA que están comenzando a afectar la economía de muchas maneras. Estas no deben ser opacadas por la sobreexageración de un futuro hipotético en el que tengamos IA con las mismas habilidades generales de aprendizaje y planificación que los humanos, así como máquinas superinteligentes. Estos son dos contextos diferentes que requieren atención.
En conclusión, la inteligencia artificial tiene el potencial de ser tanto una bendición como una amenaza para la humanidad. Es importante que sigamos explorando y desarrollando esta tecnología de manera responsable, teniendo en cuenta tanto sus beneficios como sus posibles riesgos.
Fuente del artículo: Forbes
