La Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando la forma en que se brinda atención médica en todo el mundo. Un ejemplo de esto es un programa piloto del Servicio Nacional de Salud en el sureste de Inglaterra, donde los pacientes dados de alta de un grupo de hospitales están siendo equipados con una pulsera inteligente que monitorea de forma remota signos vitales como la frecuencia respiratoria, los niveles de oxígeno, el pulso, la presión arterial y la temperatura corporal. Gracias a la IA, estos datos se analizan en tiempo real, lo que ha llevado a una disminución en las tasas de readmisión hospitalaria y a una reducción en las visitas a la sala de emergencias. Además, la necesidad de costosas visitas domiciliarias ha disminuido en un 22%. A largo plazo, la adherencia a los planes de tratamiento ha aumentado al 96%, en comparación con el promedio de la industria del 50%.

La IA se está enfocando en lo que el profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, Clay Christensen, llama “no consumo”. Estas son áreas de oportunidad donde los consumidores tienen una necesidad que actualmente no es abordada por una solución asequible o conveniente. Antes de este programa piloto en el Reino Unido, el monitoreo domiciliario implicaba enviar personal del hospital a los hogares de los pacientes, lo que implicaba un viaje de hasta 90 minutos de ida y vuelta, aproximadamente una vez por semana. Sin embargo, con los algoritmos buscando constantemente señales de advertencia en los datos y alertando tanto a los pacientes como a los profesionales de manera instantánea, se ha creado una nueva capacidad: brindar atención médica antes de que siquiera se sepa que se necesita.

La IA tiene el potencial de generar predicciones precisas a un costo marginal cercano a cero, lo que ha generado un gran interés en su aplicación en casi todas las áreas de la atención médica. Sin embargo, no todas las aplicaciones de la IA en la atención médica son igualmente adecuadas para beneficiarse. Además, muy pocas aplicaciones sirven como una respuesta estratégica adecuada a los mayores problemas que enfrenta casi todo el sistema de salud: la descentralización y la presión sobre los márgenes.

Por ejemplo, las herramientas de IA para el diagnóstico médico por imágenes, un área en la que se proyecta que los hospitales gastarán $2 mil millones anuales en cuatro años, pueden ser útiles para los médicos en los márgenes, pero no representan un cambio transformador en la forma en que se brinda atención médica o en la reducción de costos a corto plazo. Sin embargo, las organizaciones líderes que buscan descentralizar la atención pueden utilizar la IA para hacer cosas que nunca antes se habían hecho.

Existen una amplia variedad de decisiones de salud no agudas que los consumidores toman a diario. Estas decisiones no requieren la atención de un médico especializado, pero juegan un papel importante en la determinación de la salud del paciente y, en última instancia, en el costo de la atención médica. Según la Organización Mundial de la Salud, el 60% de los factores relacionados con la salud individual y la calidad de vida están correlacionados con las elecciones de estilo de vida, como tomar correctamente los medicamentos para la presión arterial, hacer ejercicio y reducir el estrés. Gracias a los modelos impulsados por IA, ahora es posible proporcionar a los pacientes intervenciones y recordatorios basados en cambios en los signos vitales del paciente a lo largo de su rutina diaria.

La monitorización de la salud en el hogar no es algo nuevo. Se están llevando a cabo programas piloto y estudios en instituciones líderes como Partners Healthcare, United Healthcare y la Escuela de Medicina Johns Hopkins, con resultados positivos. Sin embargo, estos esfuerzos aún no han aprovechado la IA para tomar mejores decisiones y recomendaciones en tiempo real. Debido a los grandes volúmenes de datos involucrados, los algoritmos de aprendizaje automático son especialmente adecuados para escalar esta tarea para grandes poblaciones. Después de todo, los conjuntos de datos grandes son los que alimentan la IA y hacen que estos algoritmos sean más inteligentes.

En resumen, la IA está transformando la atención médica al permitir una monitorización remota más efectiva, mejorar la adherencia a los planes de tratamiento y brindar intervenciones y recordatorios personalizados a los pacientes. Si bien algunas áreas de la atención médica pueden no ser adecuadas para la aplicación de la IA, existen muchas oportunidades para utilizar esta tecnología de manera estratégica y mejorar la forma en que se brinda atención médica.