La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la educación, con más de 1.2 mil millones de niños en todo el mundo fuera de las aulas. A medida que las escuelas buscan adaptarse a esta nueva realidad, la computación en la nube se presenta como una solución clave para la transformación educativa.
La computación en la nube es una versión mejorada de la computación en internet que permite la virtualización de los conceptos informáticos. Esta tecnología ha revolucionado el mundo empresarial al abordar problemas de almacenamiento y procesamiento de datos, y ahora se propone como una herramienta para impulsar la educación.
Una de las principales ventajas de la computación en la nube en el ámbito educativo es su accesibilidad. Muchas instituciones educativas carecen de los recursos financieros necesarios para actualizar su hardware y software de acuerdo con las prácticas educativas en constante cambio. La infraestructura necesaria, como computadoras modernas, está fuera del alcance económico de la mayoría de las escuelas rurales y remotas en todo el mundo. Sin embargo, la computación en la nube elimina estas barreras y mejora la equidad digital, permitiendo a los maestros y autoridades escolares centrarse en el bienestar de sus alumnos.
Además de la accesibilidad, la computación en la nube también ofrece beneficios en términos de costos, eficiencia y seguridad. Al llevar las clases en línea, las plataformas en la nube brindan acceso a las últimas tecnologías y herramientas a un costo fraccionado, independientemente del tamaño de la institución. Por ejemplo, la división escolar Wild Rose en Canadá, que consta de 19 escuelas y 4,800 estudiantes, logró ahorrar alrededor de CD$12,000 al año al trasladar su almacenamiento a la nube de Microsoft Azure. Esto permitió que el personal de TI se liberara para realizar otras tareas y facilitó el aprendizaje remoto, donde estudiantes y profesores pueden colaborar e interactuar con sus compañeros sin importar su ubicación.
La computación en la nube también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Al eliminar la necesidad de libros de texto físicos y reducir la cantidad de fotocopias gracias a la disponibilidad de datos en línea, se reduce el consumo de papel. Además, la digitalización de los datos junto con una capa adicional de seguridad de autenticación elimina la necesidad de archivar grandes cantidades de documentos en papel. Además, las escuelas pueden ahorrar costos iniciales en licencias de software costosas que requieren actualizaciones constantes.
La computación en la nube también ofrece flexibilidad a los estudiantes, ya que les permite estudiar y aprender donde y cuando quieran. Esto facilita la planificación y ejecución de lecciones más precisas. Además, gracias a tecnologías como la realidad aumentada, la realidad virtual y la inteligencia artificial, las empresas están invirtiendo cada vez más en herramientas y características en la nube para impartir educación en línea y aprendizaje inmersivo.
En resumen, la computación en la nube tiene el potencial de transformar la educación al proporcionar accesibilidad, reducir costos, mejorar la eficiencia y ofrecer nuevas oportunidades de aprendizaje. A medida que las escuelas buscan adaptarse a los desafíos actuales, la computación en la nube se presenta como una solución prometedora para impulsar la educación en el siglo XXI.